EL APRENDIZAJE SOCIAL Y EMOCIONAL: LAS HABILIDADES PARA LA VIDA
1. Realiza una reflexión sobre el papel que puede tener el aprendizaje
emocional en prevención y/o contención de la conducta violenta.
Para poder empezar la reflexión, debemos hacer una introducción sobre lo qué es en
cuestión el aprendizaje emocional. Este, es el proceso por el cual niños y adultos
adquieren conocimientos, actitudes y habilidades que serán necesarias para manejar
sus emociones, determinar y alcanzar sus objetivos, establecer y mantener relaciones
y poder tomar decisiones responsables a lo largo de sus vidas.
Habitualmente, se hace una generalización sobre lo que está bien o está mal por parte
de la sociedad. Es decir, que un niño llore le hace vulnerable o débil, pero lo único que
demuestra en realidad es su crecimiento emocional y es capaz de demostrar qué
siente y como siente. Por lo que a veces el adolescente, que conoce y ha
experimentado dichos sentimientos o simplemente los muestra, es criticado.
Si bien, en el documental se tratan una serie de ideas sobre cuanto importante es para
un niño el saber distinguir sus propias emociones. Puesto que muchas veces el tener
un manojo de diferentes sensaciones a la vez (enfado, preocupación, miedo…), hacen
que puedas llegar a pensar que simplemente no eres feliz o que no estás cómodo con
lo que te rodea y la vida que vives, ya que crea una situación de agobio en la mente de
la persona. Cuando la vertiente del problema está en que no sabes diferenciar lo que
verdaderamente te ocurre porque no te lo han enseñado a hacer, ahí está la gran
dificultad.
El control del aprendizaje social debería ser enseñado desde la infancia, como por
ejemplo en centros educativos o en el entorno más cercano de la persona, en los
cuales el objetivo sería beneficiar la vida futura del infante y su conducta tanto en un
ambiente escolar como familiar para no obtener episodios violentos.
Para no desencadenar este tipo de conductas, no solo hay que aconsejar y ponerse
en el lugar de la persona que la sufre, también se debe indagar en las emociones
acumuladas que causan estos sentimientos, para poco a poco cortar el problema de
raíz y el individuo sepa cómo canalizar sus emociones en un futuro. Si esto no diese
sus frutos, se debería buscar ayuda profesional.
Cabe destacar que, para poder prevenir una conducta violenta, solo necesitamos
humanidad. Para mí, la humanidad viene dada de la moral y de la razón. Es sentirse
vivo, sentir dolor, rabia, alegría, ira, sorpresa, entre otras muchas emociones.
Cumpliendo esta definición, podríamos ayudarnos tanto a nosotros mismos como a los
demás y así enriquecer nuestra salud mental haciendo que estemos más satisfechos y
completos con nuestra vida o con nuestras experiencias.
Cuando nacemos adquirimos unos conocimientos que parten desde cero, por lo que
cuando una persona va creciendo, tanto personalmente como físicamente, se le dan
unos aprendizajes y valores para que puedan ser utilizados en su vida futura. Entre
ellos está el de saber erradicar la conducta violenta para no estallar a la mínima. Se ha
de poder distinguir entre lo que se está sintiendo y lo que se está viviendo para saber
qué camino tomar. Es decir, sacar sus emociones fuera pensando en las
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