Semiología de las alteraciones del sistema urinario
Los síntomas y signos más frecuentes del sistema urinario, son:
Dolor. Comprende dos modalidades, según se origine en la cápsula que recubre al órgano (dolor
simple o capsular, lumbar) o en sus vías excretoras (cólico nefrítico).
Dolor simple o capsular: se produce cuando existe irritación, de origen inflamatorio o neoplásico,
de la cápsula del riñón o de las estructuras vecinas, o cuando se distiende con mayor o menor
brusquedad por un rápido aumento del volumen renal.
-Semiografía: aparece paulatinamente; en la región lumbar alta, rara vez lumbosacro y en
algunos casos contralateral (duele el lado sano); generalmente es fijo, aunque en ocasiones se
irradia hacia abajo o invertidamente (de hipogastrio a flanco o región lumbar) cuando reflujo
vesicoureteral; de variable intensidad; de carácter profundo, sordo, tenaz, a veces constrictivo,
y otras lancinante; aumenta con la marcha y los movimientos, y disminuye con el reposo; su
duración es variable; puede acompañarse de fiebre, orinas turbias, hematuria, síntomas de
irritación vesical (polaquiuria, disuria, tenesmo vesical), contracción de los músculos
paravertebrales y signo del psoas. En el examen físico existe actitud antálgica de escoliosis con
flexión del tronco hacia el lado afecto, puede resultar dolorosa la palpación, los puntos
pieloureterales, al igual que la puñopercusión. También, en ocasiones, puede palparse un riñón
agrandado.
-Semiodiagnóstico: aparece en pielonefritis aguda, hidronefrosis intermitente, infarto del riñón
(por obstrucción arterial embolica o aterosclerótica), trombosis de la vena renal, traumatismos,
poliquistosis con ruptura de quistes, hipernefroma, perinefritis y hematoma perirrenal.
Cólico nefrítico o renoureteral: síndrome doloroso lumboabdominal paroxístico producido por una
distensión pieloureteral aguda determinada por un obstáculo al libre flujo de la orina.
-Semiogénesis: la distensión de las cavidades ureteropielocaliciales determinada por cualquier
obstáculo al flujo urinario estimula las terminaciones nerviosas, que por distintas vías aferentes
llevan la sensación dolorosa a la médula espinal, a la vez que producen reflejos que se
manifiestan por espasmos de la musculatura lisa ureteral y de la pelvis. Al llegar a la médula
espinal (cuerno posterior) los estímulos exaltan la sensibilidad de neuronas somáticas vecinas
produciéndose contractura periférica e hiperestesia cutánea en las zonas correspondientes por
mecanismos de dolor referido o dirigirse directamente al tálamo y de este, a la corteza
originando dolor visceral verdadero.
-Semiografía: aparece bruscamente y alcanza rápidamente su máxima intensidad; en una de las
regiones lumbares, hipocondrio, flanco o fosa ilíaca del lado afecto; se irradia hacia abajo y
hacia adelante (testículo, labio mayor, cara interna del muslo, ano, epigastrio y mesogastrio); es
continuo con violentos paroxismos (cólico); la duración es variable, desde horas hasta días; y
se acompaña de hematuria, y oligoanuria, polaquiuria, disuria, tenesmo vesical, dolor y
tenesmo rectal, náuseas y vómitos; a veces íleo paralítico y defensa abdominal refleja.
-Semiodiagnóstico: se produce por obstrucción de las vías urinarias por cálculos, coágulos,
grumos de pus, tumores benignos o malignos, acodaduras y compresiones extrínsecas de
diverso origen (tumores, inflamaciones, adherencias, vasos anómalos, fibrosis retroperitoneal,
etcétera). Sin embargo, la causa más frecuente es la litiasis ureteral.
Hematuria: emisión de orina con sangre, que puede observarse de manera macroscópica o
microscópica. Se produce por extravasación sanguínea debido a lesiones de arterias, venas y
capilares durante procesos morbosos locales (renales) o generales (alteraciones hemodinámicas
y hemostáticas). Clínicamente puede investigarse mediante la clásica prueba de los tres vasos: la
hematuria inicial (en el primer vaso) denota que el sangramiento es uretral, la hematuria final (en
el tercer vaso) indica que el sangramiento es vesical y la hematuria total (en los tres vasos)
, sugiere ser renal o ureteral. El examen microscópico con contraste de fases permite diferenciar las
hematurias glomerulares (dismorfismo eritrocitario con acantocitos y cilindros hemáticos) de las no
glomerulares. Las principales causas son: litiasis (pielocalicial, ureteral, vesical, uretral), tumores
(renal, vesical, prostático), tuberculosis (renal, ureteral, vesical), sistémica (rasgo drepanocítico,
tratamiento anticoagulante, enfermedades hemorrágicas, en particular los síndromes purpúricos),
otras causas (renales: glomerulonefritis aguda y crónica, infarto renal, riñones poliquísticos,
glomerulosclerosis diabética, traumatismo renal; vesicouretral: cistitis, hemorrágica, traumatismo
de vejiga o uretra, pólipos de vejiga).
Trastornos en la evacuación de la orina:
Cantidad:
-Poliuria: aumento del volumen total de orina (>2L/24h). Pueden ser hipotónicas (de baja
densidad, por disminución de la reabsorción facultativa de agua en trastornos de la acción de la
ADH) u osmóticas (isotónica, por elevación de la osmolaridad del plasma). Se observa en la
polidipsia psicógena o potomanía, diabetes insípida, diabetes mellitus, insuficiencia renal
crónica, uso de diuréticos, trasplantes renales.
-Oliguria: disminución del volumen total de orina (<500mL/24h). Puede ser de origen prerrenal
(hipoperfusión renal transitoria), renal (interrupción completa de la perfusión) o postrenal
(obstrucción intrínseca o extrínseca de las vías excretoras altas). Se observa en el curso de
hemorragias, deshidrataciones, quemaduras, CH, síndrome nefrótico, IC, TEP extenso,
síndromes de bajo gasto cardíaco, uso de medicamentos (antihipertensivos, anestésicos u
otras drogas), pérdida de autorregulación renal, nefritis intersticiales agudas infecciosas,
glomerulonefritis agudas, síndrome urémico-hemolítico, toxemia del embarazo, CID, necrosis
tubular aguda (por isquemia o por sustancias nefrotóxicas endógenas o exógenas), cálculos
uretrales, tumores malignos y fibrosis retroperitoneal, entre otras.
-Anuria: es forma extrema de oliguria (<100mL/24h). Oligoanuria es un término que abarca
ambas etapas de un proceso único que se caracteriza por un bajo gasto urinario.
Ritmo:
-Nicturia: inversión del ritmo normal de eliminación de la orina; durante la noche es igual, e
incluso mayor, que durante el día.
-Opsiuria: retraso en la eliminación del agua ingerida.
Forma:
-Polaquiuria: micción muy frecuente, pero en cantidades muy pequeñas, con una diuresis
normal o poco alterada.
-Disuria: dificultad para realizar el acto de la micción. Puede ser lenta, retardada o con
interrupción brusca del chorro.
-Tenesmo vesical: deseo continuo, doloroso e ineficaz de orinar sin que la micción haga ceder
las molestias. En cada micción se expulsa muy poca orina y a veces ninguna.
-Micción por rebosamiento: la orina fluye gota a gota por el meato uretral.
-Incontinencia de orina: incapacidad de la vejiga para retener la orina.
Alteraciones del color de la orina (coluria):
Pardo rojizo. En los estados febriles, por su mayor concentración y por la abundancia de uratos y
uroeritrina.
Amarillo intenso, color caoba. Con cierto tinte verdoso en ocasiones, en los distintos tipos de
ictericia, debido a los pigmentos biliares y a la urobilina en exceso.
Rojizo o rojo. En las hematurias y en las hemoglobinurias. Si la orina es ácida, la hemoglobina
puede transformarse en metahemoglobina y hematina tomando un color café.
Parduzco. En los sarcomas melanóticos, por transformación del melanógeno en melanina al
oxidarse.