‘ ¿TE APETECE JUGAR UNA PARTIDA? ’
‘Fueron felices y comieron perdices’, así es como nos gustaría que terminase nuestra historia
educativa, con un final feliz, con una trama terminada y con una historia por delante resuelta,
sin complicaciones o dificultades. A ver, no me culpéis, es lo que me han enseñado desde que
soy pequeña, tener un título es como tener todo el poder sobre tus manos y te asegura una
vida próspera y hecha a medida ,o por lo menos, con un sueldo mínimo para vivir con tus
padres .
A veces me he llegado a preguntar qué es lo que hay detrás de este camino, el camino en el
que me he enfocado a lo largo de toda mi corta vida, los estudios; que es lo que ocurre cuando
te dejan de marcar la dirección, el sentido que debes seguir para alcanzar el ‘éxito’. Un camino
en el que con 14/15 años puedes llegar a desvelarte por varias horas para conseguir el
numerito perfecto en el examen o lograr unas pocas décimas que ‘aseguran mi
futuro’ ;anteponiendo, en muchas ocasiones, el éxito académico a la importancia de las
vivencias, el enfoque en el entorno y los errores para el verdadero aprendizaje. ¿Y si es este
nuestro error?
Y es que, en ocasiones, llego a plantearme cómo los grandes sabios del pasado eran capaces
de llegar a conclusiones tan relevantes, sin una dirección marcada, ya sea el descubrimiento
de una ley física, la composición atómica o teorías filosóficas acerca de la humanidad. ¿Eran
genios, superdotados o simplemente estaban aburridos? ¿Qué es lo que les diferencia de
nosotros? Jóvenes dedicados por y para estudiar, que pasan horas y horas de su día frente a
los libros y textos, pero que, por el contrario, no conseguimos novedades revolucionarias o
grandes teorías científicas y filosóficas.
No traigo ninguna sorpresa, pues en realidad no sé la respuesta, pero pretendo aprender
contigo a lo largo de este texto que es lo que ha pasado para que nuestra educación sea la
que es hoy en día, para ello, lo único que sé a ciencia cierta es que debemos remontarnos al
pasado y a sus inicios, para seguir los pasos y reconstruir la historia de nuestro sistema.
Pues bien, durante la antigua Grecia comienzan a germinar las primeras semillas de la
enseñanza, pues a través de esta, pretendían establecer los cimientos de una sociedad culta
formada por ciudadanos ‘perfectos’, con aportaciones ambiciosas y habilidades brillantes en
todos los sectores o ámbitos del conocimiento, ya sea una enseñanza literaria y retórica,
científica y filosófica, sin olvidar la educación física y la artística. Al fin y al cabo, pretenden
establecer una formación de ciudadanos responsables y participativos en la vida política, pues
debían estar capacitados para participar en la toma de decisiones, votar y defender sus
opiniones en debates públicos.
Así es como comienza la escolarización y formación de la sociedad más joven, una educación
que, en resumidas cuentas, variaba según la época, la ciudad-estado y la posición social del
individuo.Esta educación, sin lugar a dudas se construyó a partir dos grandes ramas, muy
distintas y contrarias; ¿Alguna vez has tenido un profesor que te enseñe a tener la razón, o a
ganar discusiones?, aunque parezca algo irónico, los sofistas eran grandes maestros de esta
habilidad, al fin y al cabo no creían posible el hecho de llegar a una verdad absoluta y cierta,
por lo que ponían todos sus esfuerzos en instruir a sus alumnos en defender sus argumentos,
crear razonamientos inquebrantables y sobre todo ganar discusiones y debates. Prácticamente
estaban creando a una sociedad crítica, capaz de razonar y defender sus argumentos, pero
que no pretendía, en absoluto, llegar a conclusiones o respuestas a cerca de las dudas
existenciales de la filosofía o los grandes misterios de la naturaleza, ya sea el estudio de las