Tema 1. Italia Protohistórica y Etrusca.
La formación de los pueblos itálicos (s. XIV – VIII a.C.)
Para el estudio de la formación de los pueblos itálicos históricos, contamos con la información de
la arqueología, los estudios lingüísticos de los filólogos, y las noticias legendarias de los autores
griegos y romanos a partir del siglo V a.C.
La formación de estos pueblos viene determinada por dos factores principales: una gran
diversidad étnica y lingüística y la unión de diferentes tradiciones culturales autóctonas y
extranjeras.
A partir del siglo VIII a.C., las colonizaciones griegas ejercen un gran impacto a todos los niveles
sobre los pueblos itálicos.
Edad del Bronce en Italia.
Neolítico: a mediados del III milenio existen dos zonas culturales diferenciadas en Italia:
- Valle del Po: el espacio entre los Alpes y los Apeninos, vinculado a las culturas neolíticas
del centro de Europa.
- Resto de Italia: unido a la tradición cultural mediterránea.
Bronce: esta diferencia cultural crece con la entrada de Italia en la Edad del Bronce (ca. 1.800
a.C.) y, a partir del siglo XV a.C., existen 2 grandes complejos del Bronce itálico:
- Norte: cultura de terramara (de terra mama, “tierra grasa”). Grupos de agricultores en
los que la metalurgia tiene un papel importante, a juzgar por la cantidad de armas de
bronce encontradas.
- Sur: cultura apeninica, con predominio del pastoreo trashumante y tumbas de
inhumación dolménicas.
En el Bronce Final itálico (siglo XIII-X a.C.) se producen cambios culturales:
- Se introduce un nuevo rito funerario basado en la cremación y la deposición de las cenizas
en urnas (sobre todo en el norte de Italia: rito funerario también presente en otras partes
de Europa): cultura de los “campos de urnas”.
- También se introducen nuevos tipos cerámicos y la metalurgia del hierro.
Edad del Hierro en Italia: desde el siglo X a.C. destacan las siguientes culturas:
- Valle del Po: cultura de “Golasecca”.
- Toscana y Emilia: cultura “vilanoviana” (ss. X-VI a.C.) sobre la que aparecerá más tarde la
civilización etrusca.
- Centro: cultura “lacial”, en cuyo contexto surgirá Roma.
- Costa adriática: cultura “picénica”.
- Sur: cultura de las “tumbas de fosa”.
Precedentes: cultura villanoviana (ss. X-VIII a.C.).
Caracterizó la Iª Edad del Hierro en Italia, especialmente en Toscana y Emilia. Sus rasgos
principales son:
• Urnas cinerarias bicónicas de color oscuro.
, • Gran desarrollo metalúrgico (influenciado por las colonias de la Magna Grecia).
• En sus últimas fases aparecen tumbas monumentales con ricos ajuares de los que forman
parte cerámicas griegas corintias o de imitación de éstas.
1. Los etruscos.
Muestras de arte etrusco: frontón del templo de Talamone, terracota votiva que representa un
templo etrusco. En la parte de cerámica encontramos el Vaso Chigi, vaso con arpía e incluso urnas
funerarias. En cuanto a la religión, encontramos un Apiu, de Veyes, que sería la representación
de Apolo, y a Uni amamantando a Hercle, que sería Juno amamantando a Hércules.
1.1 Marco geográfico.
La Cultura Villanoviana (900-700 a.C.), por influencia de los fenicios (llamados ya cartagineses por
la fundación de Cartago) y griegos. Esto evoluciona hacia la civilización de los Etruscos (700–s. II
a.C.).
En el siglo VI a.C., los etruscos se sitúan en Campania y tras la batalla de Cumas en el 474
consiguen hacerse con todo el territorio. En el 423 a.C. los samnitas acaban con la Campania
etrusca.
1.2 El origen autóctono o centro-europeo.
Dionisio de Halicarnaso asegura que los etruscos afirmaban ser autóctonos y que no se llamaban
“tirrenos”, sino “rassena”. Tácito, por otro lado, menciona a los “retios”.
Tanto para los griegos como para los romanos, la civilización etrusca fue un gran enigma, cuyo
origen no supieron resolver satisfactoriamente. Todo esto se agrava por la falta de
documentación específicamente etrusca, salvo un numeroso grupo de inscripciones que se
recogen en dos obras fundamentales: Corpus Inscriptionum Etruscarum y los Testimonia Linguae
Etruscae. Ante la falta de noticias de primera mano, recurrimos a los pocos testimonios que se
han conservado en la historiografía greco-romana. De su análisis se deduce la existencia de tres
teorías sobre el origen de los etruscos:
A. Teoría del origen oriental.
Ha sido la más aceptada de todas y es planteada por primera vez por el historiador griego
Heródoto, al que le sigue Helánico de Lesbos, quien identifica a los etruscos con los pelasgos
(griegos), de los que dice que fueron expulsados de su país por los griegos y que tras llegar al
mar Jónico tomaron Crotona, a partir de la cual colonizaron el interior que desde entonces
pasó a llamarse Tierrenia.
Esta teoría tiene muchos puntos de apoyo por los hallazgos epigráficos en la isla de Lemnos,
semejantes en la forma de escritura a los de Etruria. También es apoyada por la gran cantidad
de objetos que los etruscos importaban de Oriente, además de por la impregnación de
elementos orientales y orientalizantes. Por último, otro punto de apoyo son las prácticas de
inhumación funerarias, habitual en oriente, cuando en el resto de Italia se usaba la
incineración.