Tema 4. El marco institucional romano.
1.. Concepto de patres, plebs, cives, peregrini, servi.
El orden social romano a partir del siglo III a.C. es consecuencia del final de la lucha de
estamentos. El enfrentamiento de patricios y plebeyos en el siglo V y primera mitad del IV da paso
a la formación de un nuevo orden social con un carácter complejo y diferenciado por la condición
jurídico-política, el sector económicos, el nacimiento, etc.
Todo esto contribuye a fabricar una pirámide social compleja, en cuya cúspide se asienta el
pequeño grupo de los senadores, coronado por el más restringido de la nobilitas.
La nobilitas.
La lucha entre patricios y plebeyos condujo a la implantación de un nuevo orden aristocrático que
no tiene significación con el origen patricio, sino la pertenencia a los cuadros dirigentes de la
política, como consecuencia de la investidura de una alta magistratura, independientemente de
un origen patricio o plebeyo.
Esta nobleza constituye una parte insignificante del cuerpo ciudadano: la nobilitas son un grupo
de veinte familias senatoriales, que cuentan con algunos miembros que han ejercido la más alta
magistratura del Estado, el consulado.
Sus miembros determinan la política: invisten las magistraturas, componen el senado y dominan
las asambleas
Los equites.
En principio, los caballeros son aquellos ciudadano que por su fortuna están capacitados para
servir en la caballería en dieciocho centurias distintas a las clases de la infantería. Dotados de un
caballos a expensas del Estado, los caballeros constituyen una verdadera aristocracia en la que
ser incluidos representa una recompensa y un privilegio.
Originariamente, mantienen una estrecha relación con la nobleza: antes de acceder a las
magistraturas, los jóvenes nobles eran inscritos en las filas de los caballeros.
Los caballeros, aunque no tienen acceso directo al poder, terminarán por ser lo suficientemente
influyentes como para hacer oír su voz e inclinar las decisiones del Senado a través de los grupos
nobiliarios que se identifican con sus intereses económicos.
La plebe (plebs).
El núcleo fundamental de la sociedad romana está compuesto por campesinos, término que
abarca un espectro muy amplio, ya que engloba desde los ricos latifundistas hasta el jornalero no
propietario.
Desde la estabilización de la sociedad, la clase de los pequeños propietarios rurales constituyó el
nervio del Estado como base del ejército ciudadano, pero las continuas guerras y las nuevas
tendencias económicas provocó que se redujera en número y se arruinaran económicamente.
Incapaz de competir con la gran propiedad con mano de obra esclava, una gran parte del
campesinado abandonó o perdió sus tierras para instalarse en Roma con una precaria actividad
económica dependiente de la liberalidad de los estamentos privilegiados.
, Así, junto a la plebe rústica, surge una nueva plebe urbana a la que se suman los artesanos y
pequeños comerciantes de Roma que, ante la ausencia de un sistema representativo, nutre con
su presencia las asambleas populares.
Si su importancia económica es casi nula, crece su significación política. Es el objeto de las
manipulaciones políticas de los distintos miembros de la aristocracia que compiten por las
magistraturas, cuya elección tiene lugar en las asambleas populares.
Si el populus es el conjunto de la población romana, por oposición a los miembros del Senado (de
ahí la fórmula Senatus populusque romanus) en la práctica queda reducido a esta plebe urbana
que, con problemas muy distintos al resto de la población no urbana, es la única que ejerce el
derecho cívico del ius suffragii (voto pasivo).
Libertos y esclavos.
Los anteriores órdenes sociales están dotados de todos los derechos cívicos y, por ello, están
separados de la categoría de esclavos, que se encuentran en la base de la pirámide social y son
considerados como un instrumento animado.
En Roma, la esclavitud no es una condición personal insalvable, ya que se puede salir de ella a
través de la emancipación. La emancipación constituye un elemento importante en la sociedad
romana ya que convierte a los esclavos liberados en libertos, ciudadanos con ciertas limitaciones
y que están ligados a sus antiguos amos por lazos de clientela, que constituyen un fuerte soporte
económico y político de las familias influyentes.
Esta es una de las razones de la cada vez más frecuente liberación de esclavos, que obligó a
medidas legales para frenarla, como el establecimiento de un impuesto del 5%, la vicésima
libertatis.
Peregrini.
Al margen de la constitución ciudadana quedan también los aliados y súbditos del Estado romano
en Italia y provincias. Estos obtienen el status de ciudadanía, ya sean individuos o comunidades,
pero al ser de fuera de Roma reciben el nombre de peregrini.
2. Las magistraturas romanas y el cursus honorum.
Las magistraturas eran las instancias personales de gobierno, limitadas por una serie de requisitos
y reglamentaciones. Estaban sujetas a elección, que debía ser realizada por el pueblo; significaba
una dignidad tan grande que se la designaba como “honor” y tenía un carácter gratuito.
El segundo principio era el de la anualidad, la duración de un año para todos los cargos públicos,
excepto el dictador y el colegio de los censores. Por último, la magistratura era colegial, excepto
el dictador: todos los magistrados romanos formaban colegios de, al menos, dos miembros, para
evitar la concentración del poder en las manos de un solo individuo.
El poder estatal concedido a un magistrado legalmente, es decir, la competencia de su función,
se designaba con el término de potestas. Ésta regulaba las relaciones de jerarquía entre las
distintas magistraturas, con sus distintos caracteres de maior, minor o par (mayor, menor o
igual).
Frente a este concepto de potestas, con el término de imperium se señalaba el poder de mando
concreto, restringido a las más altas magistraturas, consulado y pretura. Solo el magistrado