Los 3 principales riesgos laborales que afrontan a diario
los trabajadores de residencias de mayores.
Los 3 principales riesgos laborales que afrontan a diario los trabajadores de
residencias de mayores
Comenta la siguiente noticia publicada por 65ymás.com, elaborada por Olga Selma:
La Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (@amade_mad) ha presentado el
informe Riesgos laborales representativos en centros de atención a las personas mayores de
la Comunidad de Madrid, con el objetivo de analizar las condiciones de trabajo del personal
sociosanitario en residencias y centros de día; valorar la exposición de los profesionales a los
riesgos biológicos, ergonómicos y psicosociales, y compartir las medidas que las empresas
del sector están implantando para velar por la salud de los trabajadores.
“Este proyecto ha sido posible gracias al soporte económico del Instituto Regional de Higiene
y Salud en el Trabajo, que ha querido conocer el nivel de bienestar de los trabajadores del
sector sociosanitario, en el marco del Plan Director de Prevención de Riesgos
Laborales (PRL) de la Comunidad de Madrid. Una muestra más de la importancia de la
colaboración público privada”, explica la presidenta de AMADE, Pilar Ramos.
Consulting Bussines S-XXI ha sido la empresa responsable de elaborar el estudio bajo la
dirección de AMADE, realizando más de 200 entrevistas a trabajadores de todas las
categorías profesionales de 20 centros asociados a AMADE.
Riesgos biológicos, ergonómicos y psicosociales:
El estudio aborda los riesgos emergentes derivados de la evolución demográfica, la
tecnología y las nuevas formas de organización del trabajo, poniendo especial foco en los
riesgos psicosociales.
Riesgos biológicos:
Aunque antes de la pandemia ya existían protocolos para este tipo de riesgos, el estudio
desvela que tras la crisis sanitaria provocada por la COVID ha mejorado la forma de gestionar
los riesgos biológicos en los centros asistenciales. De hecho, el 100% de los centros visitados
cuentan con protocolos de actuación en caso de enfermedades infectocontagiosas que,
además, son conocidos por el personal.
Así lo explica la presidenta de AMADE: “Los trabajadores están informados sobre los riesgos
biológicos y también sobre las medidas de prevención y los equipos de protección individual
, necesarios. Es más, reciben formación periódica actualizada para que puedan realizar su
tarea de forma segura. Algo sobre lo que continuamos trabajando”.
Riesgos ergonómicos:
El principal riesgo ergonómico observado durante el estudio es el relacionado con la
movilización de personas dependientes, que provoca sobreesfuerzos físicos y posturas
forzadas e incluso caídas por movimientos imprevistos de la persona dependiente. La principal
consecuencia son lesiones musculares que, en ocasiones, derivan en bajas laborales.
Para evitar la carga física del personal, los centros visitados han adoptado medidas
preventivas como la rotación de tareas, teniendo en cuenta la autonomía y el deterioro
cognitivo de los residentes, así como la inversión en ayudas técnicas que facilitan al personal
la movilización de residentes. También han acompañado a estas acciones la formación
continua en materia de prevención de riesgos ergonómicos: cargas, uso de uniformidad
adecuada, utilización de ayudas técnicas, etc.
Riesgos psicosociales:
El estudio reconoce la sobrecarga emocional a la que están sometidos los trabajadores,
sobre todo de atención directa, derivada de atender a personas mayores con deterioro
cognitivo y/o con un alto grado de dependencia.
“Debemos facilitar a los trabajadores herramientas para que puedan hacer frente a situaciones
que desgastan emocionalmente, mediante protocolos de actuación para definir las
actuaciones que provocan riesgos psicosociales: desde un conflicto con un residente hasta
una agresión verbal de un familiar”, explica Ramos.
Otro importante riesgo psicosocial detectado en el estudio tiene que ver con las escasas
compensaciones del trabajo: falta de reconocimiento social, mala imagen, salarios bajos, etc.,
que hacen que los trabajadores se sientan frustrados y poco valorados por la sociedad. “Todo
ello, provoca que muchos de ellos sufran el síndrome de Burnout o del cuidador quemado,
que les lleva a un agotamiento emocional y a la desmotivación”, apunta la presidenta de
AMADE.
Para intentar solventar estas cuestiones, los centros visitados han adoptado diferentes
medidas entre las que destacan:
- Establecer protocolos de atención a residentes y familiares que permitan manejar las
situaciones conflictivas o de tensión.
- Formar e informar al personal, para que tengan herramientas que les permitan afrontar las
exigencias emocionales de su trabajo.