KANT
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Intuición y concepto
El conocimiento humano es fruto de la colaboración de dos facultades independientes: sensibilidad y entendimiento. La
sensibilidad es receptiva, pasiva, y proporciona intuiciones. El entendimiento es activo, espontáneo, y proporciona
conceptos, los cuales no se reducen a intuiciones, pero tampoco se utilizan separados de las intuiciones.
Conocimiento a posteriori y conocimiento a priori
En función del papel que atribuimos a la experiencia en la justificación, distinguimos nuestras afirmaciones en:
A priori: se justifica sin usar la experiencia; ninguna experiencia puede hacer que nos entre la duda sobre su verdad o
falsedad, o darnos cuenta de que estábamos en un error. Son afirmaciones respecto a las que tenemos seguridad.
A posteriori: se justifican usando la experiencia; entonces, una experiencia puede hacer que nos entre la duda sobre su
verdad o falsedad, o darnos cuenta de que estábamos en un error. Son afirmaciones respecto a las que no tenemos
seguridad.
En función de la relación entre los significados de la frase y la verdad y falsedad, distinguimos afirmaciones en:
Analíticas: cuya verdad o falsedad está determinada por el significado de los términos que la componen. Dada una
verdad analítica, no podemos concebir lo contrario de lo que se dice en ella. Una afirmación analítica, podremos
reducirla a tautología (verdad analítica) o a contradicción (falsedad analítica). No describimos en ellas una experiencia
posible entre otras; no decimos en ellas nada que pueda constituir nuevo conocimiento.
Sintéticas: cuya verdad o falsedad no está determinada por el significado de los términos que la componen. Dada una
verdad sintética, podemos pensar lo contrario de lo que se dice en ella (estaríamos describiendo una experiencia
posible, que luego se podrá o no producir). Lo que decimos en ellas puede constituir nuevo conocimiento.
Todas las afirmaciones analíticas son a priori (no puede aparecer una experiencia que me haga dudar porque no estoy
describiendo una experiencia posible entre otras posibles). Hay afirmaciones sintéticas a posteriori. Ambos tipos los
admitía Hume.
Ejemplos de afirmaciones analíticas a priori: "el lunes es el día siguiente al domingo”, “un calvo no tiene pelo en la cabeza” … Ejemplos
de afirmaciones sintéticas a posteriori: "Nuestro profesor de filosofía está calvo”, “Todos los cisnes son blancos” …
Kant introduce un 3º tipo de afirmaciones: las afirmaciones sintéticas a priori. En ellas pensamos algo respecto a lo que
podemos imaginar distintas posibilidades (afirmación sintética), pero lo afirmamos sin importar si la experiencia nos
apoya o nos contradice (afirmación a priori). Entonces ampliamos el conocimiento, con seguridad.
Ej de afirmaciones sintéticas a priori: "2+2=4?, La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos'…
El conocimiento a priori, puro o innato es aquel formado por juicios sintéticos a priori verdaderos. El conocimiento a
posteriori o experiencia es aquel formado por juicios sintéticos a posteriori verdaderos.
Kant va a considerar que hay tres candidatos a conocimiento a priori: las matemáticas, los principios fundamentales de la
física teórica, y la metafísica. El conocimiento a priori se adquiere pensando, y Kant quiere poner unos límites hasta
donde se puede llegar por ese procedimiento; la razón es la que establece sus límites. Para ello nos preguntarnos qué es el
conocimiento a priori. Al tener la respuesta, vemos que, para Kant, las matemáticas y los principios de la física
constituyen conocimiento a priori, pero la metafísica no.
,El idealismo trascendental
Hay conocimiento a priori al abandonar una concepción realista del conocimiento y la sustituimos por una
idealista. Para el idealismo, el conocimiento consiste en que una conciencia, tras seguir unos determinados
procedimientos, llega a estar segura de algo. El conocimiento no es descubrimiento de algo, sino que es una
construcción: al conocer, construimos el objeto que conocemos. Kant llama "revolución copernicana" al idealismo
donde el sujeto, define el conocimiento.
Esa construcción se hace de una determinada manera: conocer es siempre conocer de una determinada manera.
Kant va a considerar que el conocimiento tiene una esencia, forma, naturaleza o definición. Hay unas condiciones
para que una frase pueda ser verdadera o falsa, previas a que luego pueda terminar siendo una cosa u otra. La
forma de conocer es innata para todos los humanos, independientemente de sus experiencias individuales.
La forma no constituye solo el conocimiento, por eso, la construcción se hace partiendo de una materia que le es
aportada al sujeto que va a conocer, estas dos no se pueden dar por separado. El conocimiento es una construcción
que parte de una materia que va a ser procesada de una determinada forma.
La materia cambia y nosotros la recibimos, influyendo en lo que conocemos. La forma es la misma para todos,
respecto a ella el sujeto es activo, y estructura nuestro conocimiento.
El resultado de la construcción es un objeto de conocimiento (fenómeno). Toda la realidad que nos rodea no es
otra cosa que fenómeno, un resultado de una construcción. La realidad de esta mesa no reside ni en que esté ahí ni
en que participe de la idea de mesa: su realidad depende de que es conocida (planteamiento idealista). La forma
que tiene se explica por la forma en que conocemos.
Como el conocimiento es una construcción, podemos explicar que sea posible el conocimiento a priori. Si el
conocimiento fuera un puro dato, no se podría explicar la posibilidad de anticipar algo. Si admitimos el anticipar,
es porque el conocimiento es algo construido por nosotros, anticipando la forma del resultado. El conocimiento a
priori no es más que profundizar y desarrollar la forma en que construimos el conocimiento a posteriori; entonces,
el conocimiento a posteriori tiene siempre ya una entraña de a priori.
Si fenómeno es la realidad construida en el conocimiento, Kant quiere introducir otra manera de entender la
realidad; para que algo sea real no hace falta que sea conocido. A esa manera la llamaremos realidad-en-si o
noúmeno. Siendo una realidad independiente del sujeto y de su conocimiento.
Si la realidad-en-sí responde a la forma de conocimiento, sería fenómeno. No conocemos nunca la realidad tal
cual, sino a nuestra manera. No es un problema no conocer la realidad tal como es, ya que no tiene sentido
conocerla así. El conocimiento es siempre bajo cierta modalidad, no hay verdad absoluta en la realidad misma.
Nuestro conocimiento depende de la realidad, la cual influye en la materia y la forma que contribuimos para
construir el fenómeno.
La crítica a la metafísica
La metafísica parece un campo inacabable de “peleas” en el que nunca llegamos a ponernos de acuerdo y progresar.
Pero, hay una tendencia humana natural e inevitable de hacer metafísica, el conocimiento y la ciencia. En el
conocimiento planteamos juicios y los conectamos por medio de argumentos, apareciendo así una nueva facultad, que
viene a añadirse a la sensibilidad y al entendimiento: la razón, como facultad de realizar argumentos. Esta surge como
una facultad para exponer nuestros conocimientos de manera sistemática y llegar a lo absoluto, la realidad independiente.
En el esfuerzo de la razón por ser sistemáticos y generales, termina planteando tres ideas, con las que podemos pensar la
cosa-en-sí, y hacer afirmaciones sobre ella.
La idea de mundo, como lo incondicionado de todos los fenómenos físicos
, La idea de alma, como lo incondicionado de todos los fenómenos psíquicos
La idea de Dios, como lo incondicionado de todos los fenómenos físicos y psíquicos a la vez.
La cosa-en-sí que buscamos sería algo así como “el misterio último de la realidad”. Podemos pensar sobre eso, pero no
existe una posibilidad de conocimiento.
El pensar y el hacer afirmaciones sobre la cosa-en-sí, no deben entenderse en el sentido ordinario: no son algo que deje
en el aire la verdad o falsedad de lo que pensamos o esas afirmaciones.
Las ideas de la razón no pueden convertirse en objetos de conocimiento, ya que no disponemos de materia que pueda
corresponder a esas ideas, ni intuiciones que asociar a ellas. Además, tampoco podemos usar nuestro conocimiento para
desarrollar esas ideas.
Los racionalistas buscaban emplear las categorías (los conceptos a priori) para entender la esencia de la realidad, pero
estas no pueden aplicarse independientemente de la experiencia. Aunque se puedan considerar innatas en el sentido de
que no derivan de la experiencia, no pueden generar conocimiento por sí solas. Las categorías definen los fenómenos, lo
que limita su uso para concebir el noúmeno. Kant expresa el error de los racionalistas con una metáfora: cree la paloma
que, si no existiera aire, volaría más rápido, pero no se da cuenta de que, sin la resistencia del aire, caería al suelo.
¿Son posibles los juicios sintéticos a priori de la metafísica?: NO. En metafísica, los juicios sintéticos a priori no son
posibles. No se basan en la experiencia ni pueden predecirla, al estar desconectados de ella sin una descripción clara de
su veracidad.
Respecto a la idea de mundo, al aplicarle las formas de espacio y tiempo nos vemos metidos en contradicciones
cosmológicas irresolubles sobre si el mundo es finito o infinito…
Respecto a la idea de alma, el error consiste en intentar entenderla conforme a la categoría de sustancia, cuando es algo
que nunca va a aparecer como un fenómeno. Igualmente, a la libertad que atribuimos al alma intentamos entenderla
conforme a la categoría de causa, sin darnos cuenta de que al hablar de libertad nos referimos a una dimensión
nouménica del sujeto.
Respecto a la idea de Dios, Kant critica todos los argumentos que se han intentado emplear para probar su existencia.
El argumento ontológico, Kant indica que la existencia no puede ser un elemento más de la esencia: la existencia
no es un predicado más.
El argumento cosmológico se intenta aplicar la categoría de causa para pasar de los fenómenos a una cosa-en-sí,
lo que es un sinsentido: la causa de un fenómeno será siempre otro fenómeno.
El argumento teleológico lo máximo que puede probar es que existe un ordenador del mundo, no un creador.
La metafísica nunca podrá convertirse en conocimiento. Kant llama uso constitutivo el plantear las ideas de la razón
como posible conocimiento de la cosa-en-sí. Al pensar la cosa-en-sí no debemos entenderlo como un concebir en sentido
ordinario, pero hay otro uso de las ideas de la razón que sí es legítimo, el uso regulativo de las ideas: usarlas para
señalar los límites para la ciencia y estimular que la investigación científica no se detenga. Tiene el papel de hacer que no
olvidemos que hay un “misterio último de la realidad”, y que jamás vamos a poder plantear un conocimiento del
misterio; y que no debemos sentirnos mal en nuestros esfuerzos por no alcanzar ese conocimiento, pues conocer el
misterio es absurdo.
Las ideas de la razón, aunque no puedan entenderse como “formas” de conocimiento, se pueden entender como formas
de la acción moral humana (definen un posible tipo de acción).
ÉTICA
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Intuición y concepto
El conocimiento humano es fruto de la colaboración de dos facultades independientes: sensibilidad y entendimiento. La
sensibilidad es receptiva, pasiva, y proporciona intuiciones. El entendimiento es activo, espontáneo, y proporciona
conceptos, los cuales no se reducen a intuiciones, pero tampoco se utilizan separados de las intuiciones.
Conocimiento a posteriori y conocimiento a priori
En función del papel que atribuimos a la experiencia en la justificación, distinguimos nuestras afirmaciones en:
A priori: se justifica sin usar la experiencia; ninguna experiencia puede hacer que nos entre la duda sobre su verdad o
falsedad, o darnos cuenta de que estábamos en un error. Son afirmaciones respecto a las que tenemos seguridad.
A posteriori: se justifican usando la experiencia; entonces, una experiencia puede hacer que nos entre la duda sobre su
verdad o falsedad, o darnos cuenta de que estábamos en un error. Son afirmaciones respecto a las que no tenemos
seguridad.
En función de la relación entre los significados de la frase y la verdad y falsedad, distinguimos afirmaciones en:
Analíticas: cuya verdad o falsedad está determinada por el significado de los términos que la componen. Dada una
verdad analítica, no podemos concebir lo contrario de lo que se dice en ella. Una afirmación analítica, podremos
reducirla a tautología (verdad analítica) o a contradicción (falsedad analítica). No describimos en ellas una experiencia
posible entre otras; no decimos en ellas nada que pueda constituir nuevo conocimiento.
Sintéticas: cuya verdad o falsedad no está determinada por el significado de los términos que la componen. Dada una
verdad sintética, podemos pensar lo contrario de lo que se dice en ella (estaríamos describiendo una experiencia
posible, que luego se podrá o no producir). Lo que decimos en ellas puede constituir nuevo conocimiento.
Todas las afirmaciones analíticas son a priori (no puede aparecer una experiencia que me haga dudar porque no estoy
describiendo una experiencia posible entre otras posibles). Hay afirmaciones sintéticas a posteriori. Ambos tipos los
admitía Hume.
Ejemplos de afirmaciones analíticas a priori: "el lunes es el día siguiente al domingo”, “un calvo no tiene pelo en la cabeza” … Ejemplos
de afirmaciones sintéticas a posteriori: "Nuestro profesor de filosofía está calvo”, “Todos los cisnes son blancos” …
Kant introduce un 3º tipo de afirmaciones: las afirmaciones sintéticas a priori. En ellas pensamos algo respecto a lo que
podemos imaginar distintas posibilidades (afirmación sintética), pero lo afirmamos sin importar si la experiencia nos
apoya o nos contradice (afirmación a priori). Entonces ampliamos el conocimiento, con seguridad.
Ej de afirmaciones sintéticas a priori: "2+2=4?, La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos'…
El conocimiento a priori, puro o innato es aquel formado por juicios sintéticos a priori verdaderos. El conocimiento a
posteriori o experiencia es aquel formado por juicios sintéticos a posteriori verdaderos.
Kant va a considerar que hay tres candidatos a conocimiento a priori: las matemáticas, los principios fundamentales de la
física teórica, y la metafísica. El conocimiento a priori se adquiere pensando, y Kant quiere poner unos límites hasta
donde se puede llegar por ese procedimiento; la razón es la que establece sus límites. Para ello nos preguntarnos qué es el
conocimiento a priori. Al tener la respuesta, vemos que, para Kant, las matemáticas y los principios de la física
constituyen conocimiento a priori, pero la metafísica no.
,El idealismo trascendental
Hay conocimiento a priori al abandonar una concepción realista del conocimiento y la sustituimos por una
idealista. Para el idealismo, el conocimiento consiste en que una conciencia, tras seguir unos determinados
procedimientos, llega a estar segura de algo. El conocimiento no es descubrimiento de algo, sino que es una
construcción: al conocer, construimos el objeto que conocemos. Kant llama "revolución copernicana" al idealismo
donde el sujeto, define el conocimiento.
Esa construcción se hace de una determinada manera: conocer es siempre conocer de una determinada manera.
Kant va a considerar que el conocimiento tiene una esencia, forma, naturaleza o definición. Hay unas condiciones
para que una frase pueda ser verdadera o falsa, previas a que luego pueda terminar siendo una cosa u otra. La
forma de conocer es innata para todos los humanos, independientemente de sus experiencias individuales.
La forma no constituye solo el conocimiento, por eso, la construcción se hace partiendo de una materia que le es
aportada al sujeto que va a conocer, estas dos no se pueden dar por separado. El conocimiento es una construcción
que parte de una materia que va a ser procesada de una determinada forma.
La materia cambia y nosotros la recibimos, influyendo en lo que conocemos. La forma es la misma para todos,
respecto a ella el sujeto es activo, y estructura nuestro conocimiento.
El resultado de la construcción es un objeto de conocimiento (fenómeno). Toda la realidad que nos rodea no es
otra cosa que fenómeno, un resultado de una construcción. La realidad de esta mesa no reside ni en que esté ahí ni
en que participe de la idea de mesa: su realidad depende de que es conocida (planteamiento idealista). La forma
que tiene se explica por la forma en que conocemos.
Como el conocimiento es una construcción, podemos explicar que sea posible el conocimiento a priori. Si el
conocimiento fuera un puro dato, no se podría explicar la posibilidad de anticipar algo. Si admitimos el anticipar,
es porque el conocimiento es algo construido por nosotros, anticipando la forma del resultado. El conocimiento a
priori no es más que profundizar y desarrollar la forma en que construimos el conocimiento a posteriori; entonces,
el conocimiento a posteriori tiene siempre ya una entraña de a priori.
Si fenómeno es la realidad construida en el conocimiento, Kant quiere introducir otra manera de entender la
realidad; para que algo sea real no hace falta que sea conocido. A esa manera la llamaremos realidad-en-si o
noúmeno. Siendo una realidad independiente del sujeto y de su conocimiento.
Si la realidad-en-sí responde a la forma de conocimiento, sería fenómeno. No conocemos nunca la realidad tal
cual, sino a nuestra manera. No es un problema no conocer la realidad tal como es, ya que no tiene sentido
conocerla así. El conocimiento es siempre bajo cierta modalidad, no hay verdad absoluta en la realidad misma.
Nuestro conocimiento depende de la realidad, la cual influye en la materia y la forma que contribuimos para
construir el fenómeno.
La crítica a la metafísica
La metafísica parece un campo inacabable de “peleas” en el que nunca llegamos a ponernos de acuerdo y progresar.
Pero, hay una tendencia humana natural e inevitable de hacer metafísica, el conocimiento y la ciencia. En el
conocimiento planteamos juicios y los conectamos por medio de argumentos, apareciendo así una nueva facultad, que
viene a añadirse a la sensibilidad y al entendimiento: la razón, como facultad de realizar argumentos. Esta surge como
una facultad para exponer nuestros conocimientos de manera sistemática y llegar a lo absoluto, la realidad independiente.
En el esfuerzo de la razón por ser sistemáticos y generales, termina planteando tres ideas, con las que podemos pensar la
cosa-en-sí, y hacer afirmaciones sobre ella.
La idea de mundo, como lo incondicionado de todos los fenómenos físicos
, La idea de alma, como lo incondicionado de todos los fenómenos psíquicos
La idea de Dios, como lo incondicionado de todos los fenómenos físicos y psíquicos a la vez.
La cosa-en-sí que buscamos sería algo así como “el misterio último de la realidad”. Podemos pensar sobre eso, pero no
existe una posibilidad de conocimiento.
El pensar y el hacer afirmaciones sobre la cosa-en-sí, no deben entenderse en el sentido ordinario: no son algo que deje
en el aire la verdad o falsedad de lo que pensamos o esas afirmaciones.
Las ideas de la razón no pueden convertirse en objetos de conocimiento, ya que no disponemos de materia que pueda
corresponder a esas ideas, ni intuiciones que asociar a ellas. Además, tampoco podemos usar nuestro conocimiento para
desarrollar esas ideas.
Los racionalistas buscaban emplear las categorías (los conceptos a priori) para entender la esencia de la realidad, pero
estas no pueden aplicarse independientemente de la experiencia. Aunque se puedan considerar innatas en el sentido de
que no derivan de la experiencia, no pueden generar conocimiento por sí solas. Las categorías definen los fenómenos, lo
que limita su uso para concebir el noúmeno. Kant expresa el error de los racionalistas con una metáfora: cree la paloma
que, si no existiera aire, volaría más rápido, pero no se da cuenta de que, sin la resistencia del aire, caería al suelo.
¿Son posibles los juicios sintéticos a priori de la metafísica?: NO. En metafísica, los juicios sintéticos a priori no son
posibles. No se basan en la experiencia ni pueden predecirla, al estar desconectados de ella sin una descripción clara de
su veracidad.
Respecto a la idea de mundo, al aplicarle las formas de espacio y tiempo nos vemos metidos en contradicciones
cosmológicas irresolubles sobre si el mundo es finito o infinito…
Respecto a la idea de alma, el error consiste en intentar entenderla conforme a la categoría de sustancia, cuando es algo
que nunca va a aparecer como un fenómeno. Igualmente, a la libertad que atribuimos al alma intentamos entenderla
conforme a la categoría de causa, sin darnos cuenta de que al hablar de libertad nos referimos a una dimensión
nouménica del sujeto.
Respecto a la idea de Dios, Kant critica todos los argumentos que se han intentado emplear para probar su existencia.
El argumento ontológico, Kant indica que la existencia no puede ser un elemento más de la esencia: la existencia
no es un predicado más.
El argumento cosmológico se intenta aplicar la categoría de causa para pasar de los fenómenos a una cosa-en-sí,
lo que es un sinsentido: la causa de un fenómeno será siempre otro fenómeno.
El argumento teleológico lo máximo que puede probar es que existe un ordenador del mundo, no un creador.
La metafísica nunca podrá convertirse en conocimiento. Kant llama uso constitutivo el plantear las ideas de la razón
como posible conocimiento de la cosa-en-sí. Al pensar la cosa-en-sí no debemos entenderlo como un concebir en sentido
ordinario, pero hay otro uso de las ideas de la razón que sí es legítimo, el uso regulativo de las ideas: usarlas para
señalar los límites para la ciencia y estimular que la investigación científica no se detenga. Tiene el papel de hacer que no
olvidemos que hay un “misterio último de la realidad”, y que jamás vamos a poder plantear un conocimiento del
misterio; y que no debemos sentirnos mal en nuestros esfuerzos por no alcanzar ese conocimiento, pues conocer el
misterio es absurdo.
Las ideas de la razón, aunque no puedan entenderse como “formas” de conocimiento, se pueden entender como formas
de la acción moral humana (definen un posible tipo de acción).
ÉTICA