Tema 12: La sexualidad.
La sexualidad tiene un significado en su dimensión física. No hay relación sexual que no esté
comunicando algo: uno acaricia, mantiene relaciones sexuales (ya sean estables, esporádicas o
permanentes) y siempre comunica.
El hecho/acto se denomina significante (por ejemplo, una caricia), y aquello que está
transmitiendo o comunicando es el significado (lo que la caricia significa).
Parafilias: prácticas sexuales extrañas. Van más allá del significante y significado. Suponen un
trastorno debido a que consisten en una atracción hacia algo que no entra dentro de lo esperable
dentro del comportamiento sexual humano. Estos comportamientos indican enfermedad.
Las parafilias pueden estar relacionadas con la presencia necesaria de determinados elementos o
la mediación de objetos extraños para lograr la excitación sexual y alcanzar el orgasmo, pero
también pueden ser conductas concretas o incluso un tipo de relación concreta o la calidad
relacional (aquí es donde encajan el sadismo y el masoquismo)
Hay mucha gente “normal” a quienes les gusta realizar este tipo de prácticas en la sexualidad,
entonces… ¿cuándo se va a considerar cómo patológico? La ética y la moral son los parámetros
por los que las personas rigen su forma de actuar, muy influenciados por la sociedad y las
creencias religiosas. Esto no se puede mezclar con la psicopatología, también hay que tener en
cuenta que lo no patológico no siempre es lícito.
“¿Cuándo es un problema algo?” Cuando causa un problema a la persona, es decir, cuando
provoca dificultades en el ambiente laboral, social o en cualquier otro aspecto de la vida de la
persona. El problema empieza cuando la persona necesita la parafilia para obtener el placer
sexual, es decir, no lo obtiene de otra manera.
Supone un problema porque el ser humano se excita con otro ser humano, por lo tanto debe
haber un salto psicológico para que esto no se produzca y la excitación sexual y el orgasmo se
alcancen con otro objeto necesario.
• Exhibicionismos: experimentar excitación sexual cuando uno sabe que es visto o que está
siendo observado. Necesita saber que le están viendo para obtener placer.
• Fetichismos: necesidad de la presencia de determinados objetos que no tienen que ver
con la relación sexual para provocar la excitación (por ejemplo, tacones). Puede ser un
juego hasta el punto en que dichos elementos sean necesarios para obtener el placer, de
tal forma que no se consigue de otra manera.
Habría que averiguar el porqué de la necesidad de dicho objeto y, es muy importante aquí,
distinguir los fetiches sexuales de las zonas erógenas, que serían partes del cuerpo.
, • Travestismo o fetichismo travestista: consiste en la necesidad de que una de las partes se
vista del sexo opuesto para experimentar placer sexual.
• Froteurismo: enfermedad caracterizada por la necesidad de rozarse con una persona
inconsciente para alcanzar la excitación sexual.
• Necrofilia: excitación sexual provocada por cuerpos inertes o en coma (cadáveres).
• Zoofilia: consiste en el excitamiento sexual provocado por un animal. Exige un movimiento
psicológico por el cual los animales excitan sexualmente a la persona, cualquier práctica
sexual que incluya animales no es zoofilia.
• Sadismo y masoquismo: la persona sádica obtiene placer sexual sometiendo al otro,
impone su deseo, mientras que el masoquista coloca en su deseo el deseo del otro (“mi
deseo es el deseo del otro”). El masoquismo basa la excitación sexual y la obtención de
placer en el sufrimiento, pero no el sufrimiento físico, sino sufrimiento entendido como
sometimiento, como no tener capacidad de escapar.
Estas filias se corresponden con modelos de personalidad, la personalidad sádica es la
propia de aquellas personas que necesitan someter al otro y que disfrutan viendo como
los otros aceptan o se someten a su deseo; la personalidad masoquista se correspondería
con aquellos que son incapaces de desear, una persona masoquista es una persona
sometida, que incorpora el deseo del otro.
Detrás de estas personas trastornadas, suele haber experiencias pasadas en las que se ha
asociado el sentimiento de angustia por el sometimiento a la excitación sexual. Hay un
encadenamiento entre “verme sometido” o “verme sometiendo” y la excitación sexual.
La personalidad sádica podría relacionarse con la personalidad psicopática.
La personalidad masoquista estaría más relacionada con la personalidad dependiente.
• Pedofilia
La pedofilia es la atracción sexual por pre-púberes, esto es, niños y niñas antes de la pubertad.
Esto implica que la atracción sexual por una persona después de la pubertad (a partir de los 14
o 15 años) no es una patología. Sentir atracción sexual es un impulso, tenerlo por una persona
después de la pubertad no sería un problema, siempre y cuando el adulto no responda a dicho
impulso. Sin embargo, el pedófilo tiene un trastorno tan solo por tener el impulso, no es
necesario que dé el paso a cometer el acto sexual.
Para poder diagnosticar pedofilia es necesario que aparezcan fantasías sexuales recurrentes,
impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con niños o niñas (de
hasta 13 años). En teoría, estas fantasías, impulsos o comportamientos deben provocar en el
pedófilo un malestar clínicamente significativo, sin embargo, vamos a ver que puede haber