3. La formación de los primeros imperios coloniales y el desarrollo del
capitalismo mercantil
1. Contexto político
A lo largo de los siglos XVI-XVII, una de las principales características del territorio europeo se encuentra en el
nacimiento de los llamados estados modernos y de las grandes monarquías absolutistas.
A raíz del descubrimiento de América, desde el s.XVI comienza un período dominado por nuevos imperios
coloniales. Este fenómeno dio lugar a los primeros pasos del primer impulso globalizador de la economía
mundial.
2. La expansión europea
Uno de los primeros rasgos de este período a nivel económico viene dado por la expansión de algunos países
europeos.
2.1. La era de los descubrimientos
La navegación por el Atlántico durante el s.XV comenzó a ser común, en buena medida impulsada por el auge
del comercio en Europa. Desde finales de siglo, los objetivos de algunos países se centraron en la búsqueda de
nuevas rutas hacia Asia y el deseo de establecer factorías en las costas africanas.
Portugal y Castilla se habían adentrado en el Atlántico liderando este proceso. Algunos de los factores clave del
descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón fueron la expansión comercial y la competencia entre
naciones, y la mejora tecnológica que permitió realizar viajes de mayor duración.
Portugueses y castellanos iniciaron pronto su expansión a la que se sumarían, ya en el s.XVII, los ingleses, los
holandeses y los franceses.
Los modelos de colonización se basaban en una suerte de negocio monopolizado por la monarquía
(instituciones como la Casa de Contratación en Sevilla). No obstante el modelo de expansión de estas potencias
fue diferente según las intenciones de cada país.
El modelo portugués y holandés se trataba de una empresa comercial que tenía como objetivo traer a Europa
productos de India y Asia a precios más competitivos que los de las ciudades italianas. Desde las factorías
negociaban con los pueblos locales con el fin de obtener tales productos.
El modelo de colonización castellano se adaptó a la realidad que le ofrecía el continente americano. Se
aprovechó la explotación del territorio y de la mano de obra indígena a través de instituciones como la
encomienda. Castilla logró controlar el territorio y organizar un sistema administrativo y económico basado en el
modelo europeo.
2.2. Hacia un mercado mundial: del eje atlántico al mundo colonial
Durante el s.XVI se aprecia un gran cambio a nivel comercial: el eje del comercio mediterráneo comenzó a
moverse hacia el Atlántico y hacia las nuevas colonias.
Siglo XVI
En el s.XVI se inició un lento proceso de integración de la economía a escala mundial ya que el transporte era
complicado, costoso y llevaba mucho tiempo.
Dicha expansión era limitada, porque solo afectaba a zonas portuarias y a unos pocos productos; y cambiante,
por los cambios continuos a los que se sometieron los países implicados.
En los nuevos circuitos comerciales estaban implicados Castilla, Portugal y Flandes. Sus rutas comerciales eran:
- Sevilla: llegada de metales preciosos de América para gastos de la monarquía y bienes destinados al
consumo llegados de Europa.
- Lisboa: llegada de especias y envío de bienes manufacturados hacia las Indias.
- Flandes: su tejido productivo les permitió especializarse en la explotación de bienes manufacturados de
alta calidad.
Otros circuitos comerciales sustentaban al principal: el Mediterráneo y el Báltico. En el primero, el comercio de
productos de lujo en centros como Venecia quedó regalado. Desde el Báltico se comerciaba con materias
primas básicas para la construcción naval y alimentos.
A medida que avanzaba el s.XVI, Flandes y los Países Bajos ganaban enteros como centro redistribuidor para el
norte de Europa.
, Siglo XVII
En el siglo XVII, aquejado por la crisis, los mecanismos expansivos que impulsaron el comercio durante el siglo
XVI perdieron eficacia. Las potencias emergentes en Europa comenzaron a discutir la hegemonía castellana y
portuguesa. Los metales preciosos llegados de América (plata), comenzaron a ser insuficientes para mantener el
elevado gasto de ciertas metrópolis.
Con España inmersa en guerras y en la conquista de Portugal, el imperio transoceánico se hizo ingobernable.
Los holandeses extendieron sus factorías con una gran implicación de las grandes compañías comerciales y
acabaron por arrebatar la hegemonía en Asia a los portugueses.
El nacimiento de las primeras grandes compañías comerciales ha sido vinculado al origen de las sociedades
anónimas. Se caracterizan porque los socios eran participantes en el capital de la compañía, estas recibían
privilegios que les permitían controlar el comercio a cambio de inversiones en la defensa del mismo y la
expansión, y controlan la producción en los lugares de origen.
Las principales fueron la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la Compañía Inglesa de las Indias
Orientales.
Otro de los grandes cambios en el comercio vino vinculado a la aparición de las plantaciones. Se llevaban a
cabo grandes explotaciones dedicadas al monocultivo con mano de obra esclava o dependiente; los
portugueses las utilizaban para producir azúcar en el Atlántico y en Brasil; y su expansión vino ligada a
productos como el algodón, el cacao, el añil y el tabaco. El fenómeno de la esclavitud en Norteamérica es un
buen ejemplo.
2.3. De la primacía hispana a la holandesa-británica
El s.XVI había supuesto la primacía española en el mundo gracias a la conjunción de una serie de factores que,
sin embargo, auguraban dificultades futuras. Las bases de la primacía española se resumen en el control político
de un vasto imperio, la capacidad militar, los recursos económicos procedentes de América, de los financieros
extranjeros y de la propia economía interna, y el desarrollo de un sistema urbano, mercantil, y ferial (Medina del
Campo) similar al de otras regiones europeas desarrolladas.
Durante el s.XVII la primacía hispana era discutida y, a nivel económico, el país que mayor desarrollo logró fue
Holanda, debido a su posición central en el mercado internacional, la importancia de su rol como intermediario y
transportista, el desarrollo del mundo financiero y un comercio que se diversificó buscando traer a Europa
especias y otros productos como tejidos, té, etc.
Pero durante la segunda mitad del s.XVII la primacía holandesa declinó debido al cierre de sus puertos y
mercados decretado por los ingleses o por la política arancelaria impuesta por los franceses, aumentando el
precio de los productos importados desde Holanda o impidiendo su entrada.
El auge del comercio vino acompañado de las mejoras navales.
Desde finales del s.XVII e inicios del s.XVIII se aprecia el predominio inglés apoyado en dos pilares, el comercio
y la producción: el apoyo del gobierno a las compañías inglesas fue crucial para su éxito; su capacidad para
producir manufacturas a cambio de productos exóticos o de lujo fue clave.
Los ingleses se aprovecharon del desarrollo de grandes plantaciones en sus colonias norteamericanas, su
alianza con Portugal y sus privilegios comerciales con Brasil, la apertura del comercio Chino por el puerto de
cantón, y el inicio del comercio del Opio desde Bengala.
Francia mantenía una orientación económica sensiblemente diferente a la comentada. A pesar de no implicarse
en la expansión colonial, se situó como segunda potencia comercial tras Gran Bretaña; su expansión comercial
no fue tan sólida como la de los holandeses y los británicos, logrando establecerse sobre todo en algunos
territorios en Norteamérica; y su éxito comercial se debió a la exportación de manufacturas dentro de Europa.
Durante el s.XVII, España y Portugal intentaron mantener sus tradicionales redes de comercio que no
reportaban la misma riqueza.
Las dificultades por mantener el control sobre el comercio colonial y la incidencia de la crisis del s.XVII en la
Península Ibérica, mermaron la capacidad de desarrollo de ambas potencias.