INFORME PSICOLOGÍA DE LOS GRUPOS
Raquel Lamuño Fonseca, 34294364F.
Centro asociado de Segovia.
Gómez, Á., López Rodríguez, L., Vázquez, A., Paredes, B., & Martínez, M. (2016). Morir y matar por un
grupo o unos valores. Estrategias para evitar, reducir y/o erradicar el comportamiento grupal
extremista. Anuario de Psicología Jurídica, 26(1), 122-129. https://doi.org/10.1016/j.apj.2016.04.001
Resumen del artículo
Este escrito trata de recoger y esclarecer las distintas teorías y explicaciones al fenómeno tan
común como sorprendente que lleva a las personas a acciones extremas contra uno mismo o los
demás por un grupo o sus valores. Esto es importante para poder establecer las variables en juego y
predecir catastrofes, pudiendo intervenir en este tipo de comportamientos.
Se hace incapié en dos teorías y, una tercera que las reconcilia;
1. Teoría de la fusión de identidad: da respuesta al autosacrificio o llegar a matar con el
sentimiento visceral de unidad con el grupo. El yo personal se une por completo por el social,
aunque a pesar del fuerte vínculo, la indentidad personal y social se mantienen en cierto modo
independientes. Cuatro principios; de agencia personal, sinergia de la identidad, de lazos
relacionales y de irrevocabilidad. Además, elaboran tres formas de evaluarlo; mediante una
medida pictórica, una escala de 7 ítems acerca de los sentimientos de la fusión y, una versión
dinámica de la escala pictórica por ordenador. Pero las tres miden el mismo proceso pues, la
fusión de la identidad, es algo pragmático. También se sirven de dilemas como el del tren
(sacrificarse o no por otros miembros de su grupo).
Identifican tres factores que pueden intensificar la relación fusión con el grupo - disposición a
comportamientos extremos; la percepción de amenaza (real o imaginada), la activación
fisiológica y la saliencia en el contexto de las características relevantes compartidas.
En relación a ello, se han identificado cuatro factores q explican esta disposición; el sentimiento
de agencia personal, la invulnerabilidad, los lazos familiares y el compromiso emocional.
Se argumenta, a menos en parte, un origen evolutivo. Haber compartido experiencias intensas
con el grupo daría lugar a sentimientos de conexión intensa (ejemplo claro en grupos religiosos
y sus ritulaes a veces traumáticos pero motivadores). Compartir experiencias con otros
miembros del grupo favorece la fusión de identidad.
En cuanto al desarrollo, se identifica ya en niños èqieños aunque, al no haber desarrollado aún
eñ sentido de identidad personal, se dejan guiar por los lazos relacionales.
2. Teoría de los valores sagrados: vínculo visceral. No soportamos la tensión de la disonancia
cognitiva entre nuestro sistema de creencias, emociones y comportamientos y eso nos lleva a
‐
, conductas cuestionables socialmente. Incluso quienes llevan actos atroces se dejan llevar por lo
que piensan y sienten. Tenemos ideales con un valor sagrado que es innegociable. No puede ser
cuantificado ni intercambiado por cualquier causa/cosa material o inmaterial. Pasa a ser un
imperativo moral, con valor intrínseco insuperable por nada y con un significado trascendental.
Afectan en nuestra toma de decisiones y se hacen parte de nuestra identifad personal y social.
Se dan en todas las culturas y nos llevan a proteger nuestros valores con estrategias psicológicas
a toda costa. Alguna de ellas podrían ser el ultraje moral (experimentar aversión cognitiva/
emocional/comportamenttal cuando se descubre que miembros de la comunidad han
comprometido o violado valores sagrados) o la purificación moral (actos simbólicos que
reafirmen su compromiso).
Estudio con dilemas como el niño del hospital (operar sería salvarle pero muy costoso) o usar
ese dinero para mejorar el hospital y sus trabajadores.
Los valores tienen mucho que ver con lo que percibimos correcto moralmente y parece que se
aloja en zonas cerebrales relacionadas con la recuperación de reglas deontológicas y no por
evaluación de costes-beneficios. Especial importancia en conflictos intergrupales.
Por último, estudia cómo nos comportamos cuando nos ofrecen un incentivo material. El
intento de negociación podría llevar a efectos contraproducentes, aumentando el ultraje moral y
conducta violenta al ponerlos en juego. Se es muy resistente a la presión social. Se está menos
dispuesto a aprovechar beneficios personales para abandonar los valores. Esto lleva a la
perpetuación del conflicto. Sin embargo, realizar concesiones simbólicas (que reconocen los
valores del otro a pesar de no ser un beneficio material), puede abrir el camino para resolver
conflictos.
3. Modelo de actores devotos: A veces se lucha por ideales (ideas abstractas) pero, también
guiados por la unión, fraternidad y compromiso. La ideología no es tan importante como se
piensa y lo es más el liderazgo o lealtad al propio grupo. Tanto los valores sagrados como la
fusión de identidad pueden nteractuar para producir la disposición a llevar a cabo beneficios
costosos cuando el factor de interés se ve amenazado. Estaremos dispuestos a proteger nuestros
valores moralmente importantes de modo extremo, especialmente si son parte de nuestra
identidad intrínseca. Por ello el comportamiento es dificil de predecir, no es un análisis racional
y utilitarista de riesgos-recompensas.
Gracias a estas teorías y estudios se han podido proponer estrategias para evitar, reducir y/o
erradicar el extremismo. Es diferente perseguir la desradicalización a la desconexión/desvinculación
de las ideas. Dejar atrás el terrorismo no es lo mismo a arrepentimiento o cambio actitudinal. Se han
propuesto estrategias para facilitar la defusión del grupo como la desactivación de los procesos que