TEATRO HASTA 1936
El teatro es un género literario especial que consta de dos partes; el texto literario en sí y
la representación, un espectáculo para ser representado. En muchos casos, este
espectáculo es un negocio y es por este motivo que el teatro siempre está en crisis; necesita
una gran inversión.
Contexto (El siglo XX en España fue un periodo convulso que comenzó con la Crisis de 1898
y pasó por la Crisis de la Restauración, la dictadura de Primo de Rivera en 1923, la
proclamación de la II República en 1931 y finalmente la Guerra Civil en 1936. Esta época fue
de gran interés histórico debido a los eventos que llevaron a la guerra. Además,
culturalmente fue muy rico, con la coexistencia de diversos géneros y con influencias del
grupo del 98, el grupo poético del 27 y las Vanguardias.)
Además, el teatro español tiene poco que ofrecer a Europa, ya que sus temas chocaron con
los intereses del público. Aún así, aparecieron dos tendencias: teatro comercial y teatro
innovador.
El teatro comercial gozó de un gran éxito de público, y se divide en teatro poético, teatro
cómico y comedia burguesa.
El teatro poético rescata el pasado histórico medieval y los valores heroicos de la nobleza,
pero nunca se critican.
El teatro cómico se divide en 3: sainete, tragicomedia grotesca y astracán. Por un lado, el
sainete es una pieza breve con una visión amable y estereotipada de la sociedad; la
tragicomedia grotesca denuncia los males sociales de la burguesía, aparece la comedia en
situaciones dramáticas que afectan a personajes ridículos (La señorita de Trevélez, Carlos
Arniches); y por último el astracán, que busca la carcajada a través de situaciones
descabelladas (La venganza de don Mendo, Pedro Muñoz Seca). Finalmente, la comedia
burguesa plasma las costumbres de la burguesía, y trata los vicios de esta clase social
sin llegar a criticarla en serio.
El autor más importante de este género fue Benavente, que llegó a ganar el Nobel y entre
sus obras destaca La Malquerida.
Por su parte, el teatro innovador/renovador busca un nuevo lenguaje literario, sin
importar cuánto éxito pueda llegar a tener. Entre los autores del 98 destacan Unamuno, con
un teatro intelectual, y Azorín, con un teatro antirrealista y simbólico. Entre los autores
vanguardistas destacan Jacinto Grau y Ramón Gómez de la Serna. Pero sin duda, los
autores que más destacaron en este teatro fueron Valle-Inclán y García Lorca.
Por un lado, la postura de Valle-Inclán es totalmente antiburguesa, experimenta con los
recursos escénicos y con el lenguaje, convirtiéndose en uno de los grandes innovadores
del teatro del siglo XX, y creando nuevas fórmulas estéticas cercanas al expresionismo de
vanguardia y lejos del realismo burgués: el esperpento.
Su obra se divide en 3 ciclos: el mítico, el de la farsa y el del esperpento. El ciclo mítico
representa una Galicia mítica, rural, habitada por personajes feroces con pasiones
desatadas. En el ciclo de la farsa contrapone lo sentimental y lo grotesco, pero el más
importante es el ciclo del esperpento: es una estética novedosa que da visión de lo