ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE ELECTROCARDIOGRAMAS
La interpretación de un electrocardiograma (ECG) a simple vista parece muy complicada y
suele generar dudas por la gran cantidad de información que podemos extraer, por ello es
necesario familiarizarse y saber interpretar correctamente esta prueba diagnóstica, ya que
puede ser crucial en la vida del paciente.
En esta formación nos centraremos en la lectura de los electrocardiogramas para poderlo
aplicar de forma rutinaria, así como las diferentes alteraciones que podemos encontrar. Si
no tienes una base de conocimientos de cardiología, recomiendo revisar el documento de
bases de cardiología antes de empezar este.
Para aprender a interpretar un ECG es crucial una buena base teórica, pero no existe un
sustituto para la experiencia, y por tanto, para sacar el máximo provecho de un ECG es
necesario interpretar un elevado número de ellos de forma habitual, para generar una
habilidad y buen conocimiento.
Recordemos que la realización de un ECG se trata de una herramienta irremplazable, así
como básica, fácil y útil, pero siempre hay que tener en cuenta el contexto y estado del
paciente, sin olvidarnos de la historia clínica y la exploración adecuadas. Por ejemplo, en un
ECG de control rutinario en una persona sin síntomas no encontraremos una isquemia
aguda de forma casual; o al revés, en un paciente con clínica clara de cardiopatía aguda, si
obtenemos un ECG normal, no se descarta que esté sufriendo una síndrome coronaria
aguda (SCA).
INTRODUCCIÓN Y BASES
La actividad eléctrica cardíaca es el proceso mediante el cual el corazón genera impulsos
eléctricos que coordinan las contracciones del músculo cardíaco, permitiendo que bombee
sangre de manera eficiente. Esta actividad es controlada por el sistema de conducción
cardíaco, compuesto principalmente por el nodo sinoauricular (SA), el nodo
auriculoventricular (AV), el haz de His y las fibras de Purkinje.
Los impulsos eléctricos comienzan en el nodo SA, que actúa como el marcapasos natural
del corazón, propagándose por las aurículas, causando su contracción. Luego, el impulso
llega al nodo AV, se transmite al haz de His y a las fibras de Purkinje, lo que provoca la
contracción de los ventrículos.
Esta actividad eléctrica se puede registrar en un electrocardiograma (ECG), que permite
evaluar el ritmo, la frecuencia y posibles alteraciones en la conducción eléctrica del corazón.
, Repasemos qué significa cada onda y sus intervalos.
Onda P: corresponde al tiempo de despolarización de las aurículas
Intervalo PR: mide la despolarización auricular y el período refractario. Contamos desde el
inicio de la onda P hasta el inicio del QRS
El complejo QRS en el electrocardiograma (ECG) representa la despolarización de los
ventrículos, que es el proceso eléctrico que desencadena la contracción del músculo
cardíaco. Es uno de los componentes principales del ECG y se caracteriza por:
1. Onda Q: Primera deflexión negativa (hacia abajo) del complejo QRS, que refleja la
activación inicial del septo interventricular. No siempre está presente en todas las
derivaciones.
2. Onda R: Deflexión positiva (hacia arriba) que sigue a la onda Q. Representa la
despolarización de la mayor parte de los ventrículos.
3. Onda S: Deflexión negativa que sigue a la onda R, que indica la despolarización de
las porciones finales de los ventrículos.
Características adicionales del complejo QRS:
Duración: Normalmente es menor de 0.12 segundos (120 ms). Si es más largo, puede
indicar bloqueos de la conducción ventricular o alguna anormalidad en la conducción
intraventricular.
Amplitud: Varía según las derivaciones, pero suele ser más prominente en las derivaciones
precordiales. La amplitud anormalmente alta puede ser indicativa de hipertrofia ventricular,
mientras que una amplitud baja puede sugerir enfermedad pulmonar, obesidad o derrame
pericárdico.
El análisis del complejo QRS es crucial para evaluar el ritmo, la conducción y la función
ventricular en un ECG.