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, EL PAPEL DE LA INVESTIGACIÓN EN EL TRABAJO DEL AULA
1. EL PAPEL DE LAS EVIDENCIAS EN EDUCACIÓN
El prestigio del profesorado depende de la calidad de su formación inicial y la selección de personas
candidatas para acceder a unos determinados estudios. En 2022, el Ministerio publicó “24 propuestas
de reforma para la mejora de la profesión docente” sobre cómo actualizar y modernizar la formación
inicial y permanente del profesorado de todos los niveles no universitarios. Al igual que en otras
profesiones como Medicina, la actualización constante basada en evidencias es fundamental en
Educación. Es crucial saber discriminar entre métodos educativos válidos y modas sin respaldo
científico, usando datos objetivos y estudios rigurosos.
La educación en una de las herramientas clave para conseguir la equidad social, el crecimiento personal
integral, el desarrollo económico y un mayor bienestar de la sociedad. Al respecto, la Teoría del capital
humano es clara: a mayor nivel formativo, mayor probabilidad de encontrar un empleo mejor y de
incrementar el producto interior bruto de un país.
La etapa de EI pone las bases del desarrollo académico y personal futuro, por ello esta etapa educativa
es tan importante y los maestros/as tienen un papel primordial.
2. LA CALIDAD EDUCATIVA COMO OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE
El concepto de calidad educativa es relativo y multidimensional. Pirsig (1976) la describe como algo
que se comprende, se sabe lo que es, pero no se sabe expresar fácilmente. Galán et al. (2014) señalan
que para entenderla se debe considerar todos los elementos y relaciones que influyen en la escuela,
dentro de su contexto. Los estudios internacionales (PISA o TIMMS), aunque útiles para comparaciones
en algunas materias de aprendizaje, no tienen en cuenta muchos objetivos de la escuela, quedando
relegados por no evaluarse y desvirtuando el verdadero debate sobre qué es y cómo mejorar la calidad
de la educación de un país.
Para hablar de calidad educativa con precisión, es necesario definir claramente el concepto, establecer
indicadores y evaluarlo. Evaluar lo cognitivo (rendimiento académico), es más fácil que lo no cognitivo
(actitudes o valores), y varía según la etapa educativa o el contexto socioeconómico. El debate sobre
qué es más importante en Educación (grandes científicos y matemáticos o ciudadanos responsables y
críticos) está ligado a cómo se define y evalúa el CV de un país. La calidad educativa depende de lo que
se enseña y se evalúa, así como de los objetivos de aprendizaje establecidos.
La ONU, que no es ajena a esta problemática, estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS.
2015, Agenda 2030), siendo el nº 4 el de Educación de Calidad, referido a garantizar una educación
inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para
todos. Dentro del objetivo nº 4 está conseguir, de aquí a 2030, un aumento considerable de la oferta
de docentes cualificados, incluso mediante cooperación internacional para la formación de docentes
en países en desarrollo, remarcando la importancia que tiene la formación de maestros para la calidad
de la educación.
Murga-Menoyo (2021) señala que la calidad de la educación se mide por su contribución a las
evidencias de logro de los 17 ODS, atendiendo a los indicadores (características observables y medibles
que permiten valorar el logro de un producto educativo definido) arbitrados para su evaluación.
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, Como futuros docentes de EI, no podemos asumir que ya entendemos completamente lo que implica
educar para la sostenibilidad. García-Esteban y Murga-Menoyo (2015) señalan que los conocimientos
de los maestros sobre la Década de Naciones Unidas por la Educación para el Desarrollo Sostenible
(UNDEDS) son insuficientes. El estudio muestra que un 16% de los maestros suspenden la prueba y un
50% apenas alcanzan el nivel suficiente. Esto revela importantes lagunas formativas en sostenibilidad,
lo que indica la necesidad de mejorar las competencias de los docentes para implementar eficazmente
este modelo en el aula.
El profesorado es el agente primario de la calidad educativa y no se puede hablar de calidad educativa
sin profesionales bien formados y capaces de formar bien. También son responsables de evaluar los
logros educativos de los estudiantes, un aspecto esencial para medir la calidad del sistema educativo,
incluyendo la Educación Infantil. En esta etapa, se deben definir indicadores de calidad, recoger datos
a través de la observación y medidas cualitativas y cuantitativas, analizarlos y tomar decisiones basadas
en ellos. El maestro debe saber recoger esta información de manera sistemática, analizarla y tomar
decisiones en función de los datos recogidos, a nivel individual y de grupo.
Un docente que busca la calidad educativa tiene que ser capaz de investigar en el aula y utilizar los
datos recogidos para actuar e innovar en base a los datos recogidos. Generalmente, las evidencias
proceden de la literatura de investigación publicada en revistas científicas importantes y, respecto a
esto, los maestros/as deben tener presente la importancia de la formación permanente y tener las
competencias necesarias para leer y entender estos artículos. Es lo que se llama alfabetización en
investigación y alfabetización estadística.
Si queremos ser buenos maestros/as debemos ser responsables y trabajar, formarnos adecuadamente
y estar al día de los últimos avances de la literatura científica. También es importante dominar lenguas
extranjeras (como el inglés), puesto que suele ser el idioma universal de la comunicación científica.
Investigación, evaluación, calidad y sostenibilidad son conceptos claves que todo maestro/a debe
integrar desde el inicio de su formación. La observación directa y sistemática es clave para la recogida
de datos y la evaluación.
¿QUÉ SON LAS EVIDENCIAS?:
La RAE define evidencias como “el conjunto disponible de hechos o de información que indican si una
creencia o proposición es verdad o válida”, y el Diccionario Panhispánico de Dudas lo define como la
certeza clara y manifiesta de la verdad o realidad de algo.
En el caso de los maestros/as, ¿de dónde viene la evidencia para aplicarla a nuestra práctica o
investigación en el aula? Como maestros, es importante tener un método fiable para saber distinguir
lo que es verdad de lo que no. No cualquier evidencia es útil; necesitamos aquellas que sean relevantes
para nuestro trabajo, es decir, programas, recursos y métodos que hayan demostrado ser efectivos
según objetivos claros. Esto implica dejar de tomar decisiones basadas en experiencias personales o
confiar sin crítica en productos comerciales sin respaldo científico. Debemos actuar como profesionales
que fundamentan su labor en el método científico y en evidencias comprobadas.
Un consumidor de investigación busca las aplicaciones prácticas y utiliza la investigación como
herramienta que le proporciona las bases para tomar decisiones sobre programas, prácticas y políticas
educativas.
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