AUTOCONOCIMIENTO Y
MENTE
El problema de la asimetría en primera y tercera persona
CARMEN GIL DE LAS HERAS
FILOSOFÍA DE LA MENTE
Tercero de filosofía
,1. Introducción
En Filosofía de la mente, el autoconocimiento es aquello que refleja y nos permite saber
de manera individual lo que pensamos, deseamos o creemos, de una forma diferente a
como podemos conocer los estados mentales de los demás. Esta distinción fue
denominada por Descartes como “la asimetría en primera y tercera persona”.
(Descartes, 2005).
Tras esto, este trabajo tratará, en la medida de lo posible, en explicar qué es el
autoconocimiento; explicación que nos llevará a hablar, también, de cómo podemos
conocer los estados mentales de los demás individuos para diferenciar ambas
perspectivas.
Sin embargo, esta asimetría parece que contiene un problema según algunas
teorías pertenecientes de la filosofía de la mente, y nos muestran que no es posible
aceptar tal tesis.
Así pues, dicho problema nos traerá una serie de consecuencias, las cuales se
expondrán detenidamente en el desarrollo del trabajo, que me llevarán a defender,
finalmente, que, en efecto, es cierto que la tesis de la asimetría en primera y tercera
persona no puede ser aceptada, aunque si bien es cierto, que la tesis de la asimetría
sobre el autoconocimiento sí ha sido defendida por la literatura epistemológica, por lo
que será pertinente, además, dar cuenta de esta defensa, contrastar ambas posturas de las
diferentes teorías y poder concluir lo que se defiende desde el principio: no es posible
aceptar la asimetría en primera y tercera persona.
Por ello, el desarrollo de este trabajo de investigación estará formado por tres
apartados para mostrar con mayor claridad el objetivo al que se pretende llegar: el
primer apartado consistirá en una explicación sobre el autoconocimiento de los estados
mentales y la manera tan distinta que tenemos de conocer los estados mentales de otros
individuos. El segundo apartado llevará acabo un recorrido geográfico sobre la defensa,
por parte de la literatura epistemológica, de la asimetría en primera y tercera persona
sobre el autoconocimiento. Y, por último, el tercer apartado reflejará dos teorías de la
filosofía de la mente que mostrarán que la tesis de la asimetría en primera y tercera
persona no puede ser defendida, explicitando ciertas consecuencias que ésta desprende.
Éstas dos teorías, las cuales son la teoría-teoría, y la teoría de simulación, serán
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, analizadas contundentemente para poder apreciar que, a pesar de buscar soluciones para
poder defender esta tesis de la asimetría, se llega a la conclusión de que es imposible
gracias a éstas dos teorías de la filosofía de la mente.
Para todo ello, me apoyaré principalmente en el libro de Carlos Moya “Filosofía
de la mente”, donde se explica algunas de las diferentes teorías de la filosofía de la
mente que serán expuestas en este trabajo, como por ejemplo la teoría funcionalista o la
teoría conductista. También del artículo de Liza Skidelsky “Autoconocimiento y
atribución de estados mentales en teoría de la mente”, en el que se expone las dos
teorías que no defienden la asimetría de primera y tercera persona, a saber, la teoría-
teoría y la teoría de simulación, mencionadas en el párrafo anterior. Por último, como
apoyo principal, me ayudaré del libro de Descartes “Meditaciones metafísicas”, para
argumentar que el autoconocimiento contiene un acceso epistémico privilegiado, es
decir, cada individuo tiene una autoridad propia y especial, solo de primera persona, es
decir, adquiere una seguridad epistémica.
2. Desarrollo
2. 1. Autoconocimiento y conocimiento ajeno de los estados mentales.
Cada individuo tiene un acceso epistémico diferente a los estados mentales propios
(autoconocimiento; en primera persona) y a los estados mentales de los demás (en
tercera persona).
El modo en que conocemos nuestros estados mentales, es decir, conocer en
primera persona, es por introspección (mirar dentro de, para buscar cómo es nuestro
pensamiento). En ella, nuestro acceso se caracteriza por ser inmediato; no tiene que
venir mediado por ninguna conducta, ya que no necesito fijarme en ningún indicio
conductual para determinar que estoy sintiendo x cosa (como el llevarme la mano a la
cabeza porque siento dolor). También se caracteriza por ser no inferencial, esto es que
no conocemos nuestros estados mentales por inferencia porque no necesitan
justificación. De hecho, si suponemos que le cuento a un amigo que tengo un fuerte
dolor en x parte del cuerpo, y él me pregunta cómo lo sé, se lo indicaré con indicios
conductuales como el llevarme la mano a la zona donde padezco dolor, y estaríamos
haciendo nosotros mismos la inferencia, no la otra persona. La tercera característica que
compone este acceso epistémico es que es privado, es decir, nosotros somos los únicos
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