Corrientes
actuales de la
filosofía
Carmen Gil de las Heras
,Tema 1: Edmund Husserl (1856-1938). La crisis de las ciencias europeas y la
fenomenología
1. Contexto histórico a principios del siglo XX
1.1. Situación socio-política
Fue la época del imperio (Hobsbawm) desde 1875 hasta 1914. Tras el apogeo (el cual
fue el de la expansión colonial europea) del capitalismo surgió el alto capitalismo que
abarcó desde 1848 hasta 1875. Además, en esta época, gracias al desarrollo de las
comunicaciones, se inauguró el mundo de hoy, es decir, globalizado.
A principios del siglo XX, antes de la gran guerra se produjo el final de una época y dos
grandes centros culturales que siguieron por dos caminos independientes:
Francia: más concretamente París, que fue la belle époque. Destacó el
impresionismo, Cezanne y el cubismo. En la novela cobraron importancia
Marcel Proust y André Gide. Y en la música, Debussy y Stravinsky.
Alemania-Austria (Viena), en la que hubo una vivencia de una crisis radical de
la civilización. Destacó el expresionismo con Kandinsky y el psicoanálisis. En la
poesía nos encontramos con Gottfried Benn, Stefan George y Georg Trakl. En la
novela cobraron importancia Thomas Mann, Robert Musil, Hermann Broch y
Franz Kafka. Y en cuanto a la música fueron relevantes Mahler, Richard Strauss
y Schömberg. Incluso podemos mencionar a Massimo Cacciari con Krisis:
ensayo sobre la crisis del pensamiento negativo de Nietzshe a Wittgenstein y
Hombres póstumos: la cultura vienesa del primer novecientos.
1.2. Corrientes filosóficos dominantes
Destacaron el marxismo con Marx, el positivismo con Comte y Spencer junto con el
fenomenismo con Avenarius y Mach, el vitalismo con Nietzsche y Bergson, el
historicismo con Dilthey y el neokantismo o neocriticismo.
2. Significado de la crisis de las ciencias europeas
Husserl parte de una constatación, a saber, que la ciencia o la racionalidad científica
están en crisis, pero no la crisis del método científico; no tiene que ver con las
revoluciones de la relatividad y la mecánica cuántica, sino de la importancia de la
racionalidad científica para la vida del ser humano. Esto dio lugar a una reacción
generalizada: anti-racionalidad científica que dio lugar, a su vez, a una serie de indicios:
irracionalismos, ideologías anticiencia, vuelta a formas de primitivismo, culto de la
fuerza frente a la razón (en la cultura, en el arte, etc.).
La causa de esta pérdida de importancia fue debido a la confluencia de una causa
sistémica con una causa ocasional, es decir, la causa ocasional fue una serie de
acontecimientos históricos que han llevado la existencia humana a sus límites (la Gran
Guerra). La causa sistémica llevó a la reducción de la ciencia a ciencia de hechos,
dando lugar a una exclusión de las cuestiones sobre los valores, las creencias y el
sentido.
El resultado de esto fue que la ciencia no tenía respuesta ni ayuda para esas situaciones
límite.
1
, 3. El nacimiento de la racionalidad occidental y sus características fundamentales
Husserl se propone indagar sobre la causa sistémica, es decir, la génesis de la reducción
de la ciencia a ciencia de hechos. Para ello, habrá que investigar el nacimiento del
pensamiento racional para descubrir su naturaleza, para posteriormente ver en qué
medida su reducción a ciencia de hechos es natural o una desviación empobrecedora.
Por tanto, nos encontramos con un punto importante en su propuesta:
- El origen de la racionalidad occidental en la antigua Grecia:
¿Qué caracteriza de manera más peculiar a la racionalidad inaugurada por los
presocráticos? Un ejemplo sería Tales de Mileto con “el agua es el principio de todas
las cosas”; para Tales, lo que caracteriza la racionalidad es el agua, ya que de ella surgió
todo lo demás.
El mundo mítico era un mundo dominado por la tradición, con la regularidad de la
praxis y una subordinación total a unos intereses prácticos.
Sin embargo, los primeros filósofos rompen con todo ello: se plantean una
explicación de las cosas al margen de los intereses prácticos y fuera de la
regularidad de la praxis del mundo mítico. Pretenden que sus afirmaciones se
acepten por sí mismas en base a argumentos, aunque no tengan aplicación práctica
ninguna, no en base a la tradición.
De esto se deducen tres características fundamentales (interconectadas) de la
racionalidad filosófica:
1. Pretensión de independencia absoluta de la tradición.
2. Pretensión de independencia absoluta del ámbito de los intereses prácticos: el
filósofo como espectador desinteresado del mundo.
3. Pretensión de universalidad absoluta.
Todo esto nació en Grecia y ha caracterizado durante siglos el desarrollo de la filosofía
y la ciencia europeas. Lo “europeo”, en su sentido más radical, significa este tipo de
racionalidad, que es la contribución más original de Europa.
Por tanto, ser europeo no significa pertenecer a alguna tradición o grupo étnico o
cultura, sino todo lo contrario, es decir, ponerse a sí mismo en una situación de
independencia absoluta con respecto a toda tradición, cultura o etnia.
4. La génesis de la crisis de la racionalidad científica
Esta racionalidad culmina en la modernidad, más concretamente, en el Renacimiento,
con un proyecto de extensión a todos los ámbitos de la experiencia y la vida
humanas, donde destacamos a Descartes.
Pero, ¿por qué se pierde este proyecto y queda reducida a racionalidad de hechos? La
desviación se produce en los mismos inicios de la ciencia moderna con Galileo, dando
lugar a un proyecto de una matematización de todo lo real y una extensión de la
geometría a todo lo real a través del álgebra.
2