Tema 5: juegos, cooperación ya acción colectiva
Texto 6 → La lógica de la cooperación (F. Aguiar).
Continuamos lo anterior: el comportamiento de los agentes es maximizador (llevándolo
a cabo mediante la elección racional) y lo situamos en un contexto estratégico (situación
de interacción de dos agentes donde se da una interdependencia, la cual se encuentra en
la acción racional).
Amartya Sen muestra en este texto el “tonto racional” que viene a ser aquella persona
que no puede razonar acerca de sus preferencias porque ya están dadas.
Olson aborda el supuesto de todos los economistas. Da lugar a una tesis para
comprender el comportamiento humano que encuentra muy extendida: todos somos
racionales y tenemos un interés común porque saldremos beneficiados, pero para tal fin
necesitamos el conjunto de buena parte de todos. Un conjunto de gente racional que
comparten intereses y objetivos tendrá mejor organización, cabría pensar, pero Olson
dice que no porque se pregunta, ¿lo harán si son racionales? Esta pregunta se la plantea
porque en realidad, al ser racionales, en muchas circunstancias no lo llevarán a cabo. Es
un supuesto que puede encontrarse en política o en ciencias sociales. No podemos dar
por supuesto que un grupo de agentes racionales que tienen en común el mismo interés
y el mismo fin, cooperen. Son tan racionales que no colaborarán para conseguirlo,
por lo que cae la cooperación entre ellos. En otras palabras, si nos tomamos en serio que
los agentes son racionales, no podemos presuponer que van a cooperar pese a que
parezca intuitivo; habrá que explicarlo, no solo presuponerlo (tragedia de los comunes;
ejemplo de los pastores).
Éste es un argumento de modelo en ciencia social, porque te desmonta un supuesto
dándole la vuelta. Se basa en el bien público puro (Olson utiliza la definición de
Samuelson: se puede concebir de diferentes maneras, pero como mejor parece es aquel
que presenta cierta indivisibilidad en la producción o consumo, donde se da una oferta
conjunta y una imposibilidad de exclusión; está disponible para todo el mundo. Sin
embargo, sí puede tener una exclusión, dependiendo de la naturaleza del bien,
circunstancias sociales o capacidad tecnológica) y en el gorrón (free rider).
Así pues, tenemos dos tipos de bien público: bien público puro y bien público impuro.
Bien público puro → No es el bien común de la sociedad, sino (en sentido
acotado) hay en él un consumo de un bien con cierta interdependencia o
indivisibilidad -primer rasgo-. No es fácil ni dividir la producción ni el
consumo (idea intuitiva). Otra forma de definir el bien público puro es la oferta
conjunta (lo ofrece para todo el mundo. Ej.: las explicaciones que el profesor da
en clase).
El segundo rasgo es la imposibilidad de exclusión. La oferta conjunta tiene que
ver con esto. Las razones pueden ser diferentes, que pueden responder a la
naturaleza del bien (bienes que son difíciles de cercar), o cualquier otro tipo de
circunstancias como por ejemplo el aire que respiramos, o con las costumbres y
reglas sociales. Las autovías son un bien público también, o las playas, etc.
, En el tercer rasgo nos encontramos con la no rivalidad del consumo (cuando
uno consume, resta en el consumo de los demás. Ejemplo de bien privado: una
tarta se parte en varios trozos para los compañeros. El trozo que me pertenece es
solo para mí -bien privado-). En el bien público puro es lo contrario (si yo
consumo algo, no le resto nada a la otra persona. Y el bien no se estropea.
Ejemplo: diferencia entre el bien público que presenta Samuelson y el bien
común que presentaba Harvin, ya que esto último es más un bien privado. Los
pactos son finitos, se agotan, son sobreexplotados si recordamos a los pastores.
El consumo que un pastor haga retrae el consumo de los demás, por lo que
hablamos de bienes privados. Cuando hablamos de bienes comunes hablamos de
regla de propiedad que permite el acceso o el disfrute del bien. Sin embargo, se
trataba de un bien privado porque puede ser sobreexplotado).
En este último rasgo, siguiendo con los bienes públicos puros, un ejemplo sería: la
explicación que da una persona en clase, no resta el consumo de los demás por muchas
personas que haya en la clase. O la televisión, el uso de la lengua (un idioma; propiedad
característica de las redes sociales que los economistas llaman externalidades de red =
efectos externos como el uso de los móviles. Cuanta más gente use mi red o tenga un
teléfono, más valioso será. Por tanto, el uso importa muchísimo porque, por ejemplo,
que mucha gente hable una lengua es mejor porque ofrece más posibilidades de
comunicación y más acceso a bienes y servicios del lenguaje que tienes. Esta propiedad,
por tanto, es una red con usuarios y mientras más usuarios haya, más comunicación.
Esto tiene un efecto que tiene que ver con el contacto entre lenguas -lenguas pequeñas y
grandes, donde la lengua mayor puede atraer a la pequeña. Esto se puede dar en
situaciones donde haya agentes que tengan mucha comunicación-. A través de este
mecanismo es como unas lenguas sustituyen a otras; cuanta más gente use una lengua,
más atractiva será frente a otra. Ante esto tenemos lo que Laponce decía: “cuanto más
se quiere la gente, peores son las lenguas”).
Bien público impuro → La no rivalidad en el consumo se ve afectada. A partir
del cierto umbral de uso, la calidad del bien se cae o se deteriora, como por
ejemplo las autovías (si hay demasiados coches, el disfrute de ésta y su calidad
decae porque puede haber caravana, etc. Son susceptible de saturación a partir
del uso. Cualquiera puede disfrutar de la playa, pero si se llena de gente, no
podrás disfrutarla tanto. Por tanto, hay ciertos bienes que parecen públicos, pero
que se ven afectados por el gran consumo que se les da, por eso son impuros, y
se van acercando a los bienes privados).
Si un grupo de personas tienen un interés común que a todos les interesa satisfacer y
beneficia, se considera un bien público sea lo que sea. Lo único que hace falta es que no
sea necesario la colaboración de nadie para conseguirlo, es decir, tiene que ser un
beneficio que todos alcanzan con independencia sin que perjudique el disfrute a quien
no haya participado.
Esto último da lugar a una consecuencia: el gorrón, porque si te beneficias de un bien
sin colaborar, no colaboras porque te vas a beneficiar igualmente. Ejemplo: huelga
(modo de acción colectiva); si conseguimos que esta huelga salga bien, todos se
beneficiarán hayan participado algunos o no. Todos participarían, pero Olson muestra
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