TEMA 8: LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
8.1. Definiciones, conceptos y teorías sobre los movimientos sociales.
8.1.1. El concepto de Movimiento Social.
Los estudios sobre los movimientos sociales se impulsan sobre todo en el siglo XIX. Nos
encontramos a Marx, Engels, Weber, Durkheim, etc. y anteriormente y con menos
profundidad, Claude Henri, Tocqueville, Rousseau, Comte, entre otros. Estas
investigaciones sociales nos podrían remontar al origen mismo de las reflexiones
filosóficas sobre la sociedad y los comportamientos colectivos.
El mismo término de movimiento social no ha sido genéricamente utilizado hasta épocas
recientes. Jaime Pastor indica que la noción de movimiento social “pasa a ser de uso
corriente después de la Revolución Francesa y, sobre todo, tras las revoluciones de 1848,
cuando se aplica al nuevo movimiento obrero, el cual emerge como fuerza social y
política al margen de las instituciones del Estado Liberal”. Podemos considerar que es
después de las revoluciones de mediados del siglo XIX cuando se empieza a diferenciar
entre movimientos estrictamente políticos y movimientos sociales, con el movimiento
obrero en cabeza cuyo objetivo prioritario es el de conseguir mejoras en la situación de
los trabajadores en cada centro y comunidad.
Charles Tilly (1929-2008) trató de dar respuesta a la pregunta de por qué los movimientos
sociales son tan parecidos en todo el mundo y cómo y por qué se han convertido en una
de las principales plataformas de acción política en todo el planeta. En su obra principal
denominada Movimientos Sociales 1768-2008 realiza esta pregunta, y presenta las
características definitorias de cualquier movimiento social (texto en pag. 206).
Tilly continúa indicando: “la expresión “WUNC” resulta extraña, pero alude a algo con
lo que estamos familiarizados. Las demostraciones de WUNC (manifestaciones públicas
y concertadas) pueden adoptar la forma de declaraciones, eslóganes o etiquetas que
impliquen las nociones de valor (conducta sobria, atuendo cuidado, presencia del clero,
de dignatarios o madres con hijos), unidad (insignias idénticas, cintas para el pelo,
pancartas o vestuario, desfiles, canciones e himnos), número (recuento de asistentes,
firma de peticiones, mensajes de las circunscripciones, ocupación de las calles) y
compromiso (desafiar al mal tiempo, participación visible de gente mayor o
discapacitada, resistencia ante la represión, hacer ostentación al sacrificio, la adhesión o
el mecenazgo).
En el primer caso está hablando de valor en el sentido de darle valor añadido a la
movilización mediante la presencia de los ya citados, mientras que el compromiso
también incluye el valor en el sentido de demostrar el valor, ser valientes. El primer
movimiento social que cumple con todas las características fue el movimiento
antiesclavista que se desarrolla desde finales del siglo XVIII en Gran Bretaña y en el
propio país de Tilly (EE.UU).
Podemos decir a modo de resumen que los movimientos sociales son corrientes de
expresión y acción colectiva que transcienden los márgenes del hecho asociativo y se
manifiestan de otras múltiples formas. Un movimiento social es un colectivo de personas
que realiza una acción colectiva estable y transformadora frente al sistema social o
, institucional. Podemos indicar por tanto que un movimiento social siempre tiene entre
sus características definitorias el realizar una acción colectiva estable, querer de forma
explícita una transformación social que incluye cambios concretos y se sitúa frente o
independiente del poder o el sistema institucional. Decimos que quiere una
transformación de forma explícita porque todo movimiento social, en algún momento de
su proceso de creación, se reconoce a sí mismo como sujeto transformador. Esto también
se denomina “paradigma de la identidad”. Que consiga sus objetivos o no también
depende de la denominada “estructura de oportunidad política”.
Se incluye pues, en la definición, “una acción colectiva estable” para diferenciar
movimiento social de movilización social. Una movilización social puede surgir
espontáneamente o no por cualquier motivo. Que esa movilización nazca, crezca y
desaparezca en poco tiempo lo diferenciará de ser un movimiento social.
8.1.2. Teorías sobre asociacionismo y movimientos sociales.
Cualquier clasificación de los autores que han escrito sobre las organizaciones de la
sociedad civil es necesariamente artificial y parcial. En algunos casos, ellos mismo se
autocalifican según escuelas de pensamiento, en otros, los propios pensadores han
evolucionado a lo largo de su bibliografía de unas posiciones a otras. Se rechazan las
ideologías cerradas o determinadas y concretas, que se asimilan a las de partidos políticos,
aunque sí se admite la adscripción o cercanía a algunas corrientes o escuelas generales de
pensamiento. También se habla de “marcos ideológicos” mas que de ideologías. (texto en
pag. 209).
8.1.2.1. El Funcionalismo y la Escuela de Chicago: los teóricos de la conducta
colectiva
En la sociología norteamericana, el análisis de los movimientos sociales ha pasado a
través de los estudios del “collective behavior”. Talcott Parsons (1902-1979) no distingue
entre comportamientos desviados y acciones conflictivas. La desviación es el síntoma de
una patología en la institucionalización de las normas, la señal de que las normas no han
sido interiorizadas adecuadamente. Por otro lado, Merton está mas atento a todos los
procesos por los cuales una sociedad no logra realizar una plena integración. Su análisis
de la anomia es un ejemplo típico de los procesos en que ha faltado la interiorización de
las normas. Anomia es el proceso por el que no se da una integración.
Con Neil Smelser (1930-2017) los fundamentos de la teoría funcionalista encuentran una
aplicación sistemática en el análisis del comportamiento colectivo, que es el resultado de
cinco determinantes que se suman. Cada una es condición necesaria pero no suficiente
para que se verifique un comportamiento colectivo: propensión estructural, tensión,
creencia generalizada, movilización y control social.
Las teorías sobre los movimientos sociales que se desarrollan después de la segunda
guerra mundial han sido agrupadas en dos escuelas principales: las teorías de la
Movilización de Recursos, desarrollada por autores norteamericanos, donde
consideramos a Jenkins y Alberto Melucci; y las teorías Orientadas al Paradigma de la
Identidad, con autores europeos como Cohen y Touraine, Tilly o Habermas.