POLÍTICAS TRANS. UNA ANTOLOGÍA DE TEXTOS DESDE LOS ESTUDIOS TRANS NORTEAMERICANOS.
Editores: Pol Galofre y Miquel Missé
PRÓLOGO Susan Stryker
Traducido por Pol Galofre
(...) La academia transgénero anglófona se aprovecha del hecho de que la gramática inglesa tiene pocos marcadores de
género, permitiendo así que el género se exprese de formas diferentes a como lo hace en otras lenguas con mayor peso
del género, como es el castellano. [Pero al trasladar algunos conceptos de un contexto a otro pueden no adaptarse] (...)
Los estudios trans exploran la variabilidad y la contingencia, a través del tiempo y el espacio, de cómo se interrelacionan
cuestiones como el sexo biológico, los roles sociales, la identidad de género psicológica, la expresión de género, los
estatus de parentesco o las categorías administrativas de lo humano, y afirman que todas estas configuraciones no son
ni naturales ni innatas, sino que están producidas sociopolíticamente. (...). Pretenden entablar un diálogo mutuo y
beneficioso entre estos conocimientos derivados de las experiencias transgénero y otros conocimientos críticos (...). Los
estudios trans coinciden con la teoría queer en tanto que critican el sesgo «heteronormativo» de la sociedad, pero
dinamitan la categoría de «sexo» que atraviesa la distinción entre homo y hetero. Coinciden con el feminismo en tanto
que también contestan la subordinación de género, pero han aprendido a contar más de 2 géneros. (...) los estudios
trans deben abordar la creciente incorporación de la vida humana en los marcos biomédicos, pero no pueden rechazar
simplemente esa medicalización como una imposición violenta hacia unos cuerpos victimizados. (...) El campo de los
estudios trans empezó a formarse en la academia de los Estados Unidos al inicio de la década de los 90, aunque
obviamente ha habido diversas personas expertas estudiando temas trans desde mucho antes de esa época. (...)
INTRODUCCIÓN Pol Galofre y Miquel Missé
El libro (...) es una iniciativa para divulgar discursos acerca de las políticas trans.(...) En él encontrarás una compilación
de textos, la mayoría escritos por activistas trans del contexto norteamericano.(...). Aunque no comulguemos con todos
los argumentos que l*s autor*s exponen, sí estamos convencidos de que es necesario que estos textos se traduzcan y
estén disponibles para quien quiera adentrarse en ellos (...) para ser recomendados, pero también para ser discutidos,
criticados o cuestionados. (...) La selección de textos que reunimos aquí está divida en 2 bloques. [Resumen:]
1er BLOQUE (del 1 al 5): bases fundacionales de los estudios trans en el contexto norteamericano. Escritos entre 1991
y 1994. 1ª ola de estudios trans. No son universalizables.
2º BLOQUE (del 6 al 9): escritos entre 2001 y 2012. 2ª y 3ª ola de los estudios trans. ‘’se adentran en nuevos territorios
para seguir reflexionando desde una perspectiva trans sobre otras cuestiones como el feminismo, el transfeminismo, la
representación audiovisual de lo trans, las experiencias de la masculinidad de los hombres trans o la legislación trans".
(...) A continuación proponemos un pequeño glosario que puede servir de guía para entender con qué criterio hemos
traducido algunos conceptos.
● Trasgender: [Trans en español (transexuales, transgénero y travestis). Si habla de trasgender studies se dirá
estudios trans; si habla de transgender se mantendrá transgénero para no presuponer la intención del autor de
usar la palabra ‘’paraguas’’ trans]. (...)
● Passing: (...) Hace referencia al hecho de que una persona trans pase desapercibida en el género en el que se
identifica. En la traducción hemos mantenido «passing» y hemos traducido el verbo «to pass» por el verbo
castellano «pasar». (...)
● FtM y MtF. Las siglas FtM y MtF hacen referencia a los hombres trans en el caso FtM (female to male) y a las
mujeres trans en el caso de MtF (male to female). Aunque durante un cierto tiempo estas siglas se traducían
literalmente al castellano (MaH, Mujer a Hombre, y HaM, Hombre a Mujer), en esta edición hemos decidido
mantenerlas en su forma original en inglés. (...)
(...) Nuestras intenciones al publicar estos textos pueden dividirse en 4 objetivos principales: [Resumen:]
1. Animar y motivar a las personas trans a tomar la palabra, reflexionar y rebelarse. ‘’Para que piense sobre cómo
el passing de algunas personas trans puede generar una invisibilidad que de algún modo contribuye a la
transfobia; para que se interrogue sobre si existe o no una comunidad trans, una sororidad trans, o sobre la
historia de la transexualidad y lo que esta ha significado y significa en relación con el binarismo de sexos o,
incluso, el sexismo’’.
2. Recuperar la idea de que antes que un campo académico, estos textos son parte de un movimiento político. Una
‘’herramienta clave para combatir las violencias de género, y seguir pensando estrategias para mantener la lucha
trans muy cerca de los estudios trans y viceversa, a partir de la creación de canales entre estos dos ámbitos
claves en la transformación social que deberían, a nuestro entender, estar en permanente diálogo y escucha’’.
3. Alimentar algunos de los debates actuales en nuestro contexto por el activismo trans y propiciar que otros se
inicien. Pensar en nuevos retos del movimiento por la despatologización trans. Avances en la institucionalización,
pero manteniendo la reflexión crítica sobre intereses ocultos y estrategias políticas que entrañan.
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, 4. ‘’Trazar puentes entre la lucha trans y otras luchas sociales con las que pensamos está conectada a través de
múltiples engranajes: el anticapitalismo, la lucha contra las prisiones, contra las fronteras e, incluso, contra los
mercados financieros’’.
(...) Estamos convencidos de que ampliando el imaginario colectivo sobre la cuestión trans, también ampliamos los
mapas mentales que las personas trans trazan para dibujar sus trayectorias vitales. Pensamos que cuantos más cuerpos
sean posibles, habitables y deseables, menor será la necesidad radical de modificarlos que sienten muchas personas.
Estas ideas siguen siendo hoy polémicas en muchos contextos porque hay quien sostiene que la transexualidad es algo
intrínseco al ser humano y que nada en su entorno podrá modificar esa vivencia. Nosotros pensamos que, al contrario, la
forma en la que nuestra cultura entiende las diferencias entre hombres y mujeres, los roles y a la vez las desigualdades
de género son elementos claves en la vivencia trans. Pensamos que si transformamos ese escenario, alteraremos
también la forma de vivir y de pensar lo trans. Estamos comprometidos con la idea de reforzar la autoestima corporal de
las personas trans; con la apuesta de dar visibilidad a referentes positivos trans como forma de mejorar la vivencia del
cuerpo; así como con la insistencia de que nuestros cuerpos nunca han estado equivocados, sino que es nuestra cultura
la que solo entiende de blancos y negros, e invisibiliza toda la diversidad de género que las personas expresamos. Esta
es nuestra aportación para combatir la transfobia, la social, pero tb el autoestigma que sentimos las personas trans. (...)
1. EL IMPERIO CONTRAATACA. UN MANIFIESTO POSTRANSEXUAL Sandy Stone
Traducido por Ian Bermúdez
(...) El Programa de Disforia de Género de Stanford (...) ha sido durante muchos años el centro académico en Occidente
de los estudios del síndrome de disforia de género (...). Aquí se determinan la etiología, los criterios de diagnóstico y el
tratamiento. El Programa se puso en marcha en 1968, y su equipo de cirujanos y psicólogos se dispuso, en primer lugar,
a recopilar la mayor cantidad disponible sobre el tema de la historia del transexualismo. Permitidme que me detenga
para transmitiros una pequeña parte de sus resultados. Una persona transexual es aquella que identifica su identidad de
género con la de su género «opuesto». El sexo y el género son cuestiones totalmente diferentes, pero las personas
transexuales desdibujan a menudo esta distinción al confundir el aspecto performativo del género con el «hecho» físico
del sexo, y se refieren a la manera de percibir su situación como la sensación de habitar el «cuerpo equivocado». (...) No
hubo consenso para darle estatus de «trastorno oficial» al transexualismo hasta 1980, cuando fue incluido por primera
vez en la lista del Manual diagnóstico y estadístico de la [APA]. (...) Antes de 1980, ya se había trabajado mucho para
intentar definir unos criterios para un diagnóstico diferencial. (...) Se trataba de estudios clínicos que (...) podrían haber
sido considerados marginales, plagados como lo estaban de metodologías cuestionables o con una muestra insuficiente
de sujetos analizados. Aun así, se han mantenido como publicaciones representativas de la transexualidad a nivel
médico, legal y psicológico, incluso a pesar de las aclaratorias, prácticamente hasta nuestros días. (...) A lo largo de este
periodo, prácticamente la totalidad de los [relatos] que han sido publicados fueron escritos por transexuales de
hombre-a-mujer. (...) Todas estas autoras reproducen la visión masculina estereotipada sobre lo que es una mujer:
vestido, maquillaje y desmayo delicado ante la presencia de sangre. (...) Estas clínicas de disforia de género se fundaron
con la idea, en primer lugar, de estudiar una aberración humana interesante y potencialmente financiable; y, en segundo
lugar, de ofrecer ayuda, tal y como la entendían, para restaurar un «problema corregible». (...). Fue necesario construir la
categoría «transexual» bajo principios convencionales y tradicionales, con el fin de construir unos criterios plausibles
para aprobar su aceptación en la clínica. (...) Pero incluso después de una investigación considerable, no fue posible
diseñar un test sencillo e inequívoco para el síndrome de disforia de género. La clínica de Stanford se dedicaba entre
otras cosas a prestar ayuda, al menos a ayudar según sus propios criterios. Por ello, las decisiones finales de
elegibilidad para la reasignación de sexo las tomaba el equipo médico basándose en su percepción individual de la
«adecuación del individuo al género escogido». La clínica adoptó el rol adicional de «clínica de preparación» o «escuela
de protocolo» ya que, de acuerdo con el juicio del personal médico, los hombres que se presentaban queriendo ser
mujeres no siempre «se comportaban» como mujeres. En Stanford reconocieron que los roles de género podían
aprenderse (hasta cierto punto). Su implicación con las clínicas de preparación consistía no solo en hacer un esfuerzo
para producir mujeres anatómicamente legibles, sino mujeres... esto es, mujeres que actuaran de acuerdo con el género
femenino. (...) las candidatas para cirugía eran evaluadas según su capacidad de performar en el género escogido (...).
inicialmente, el único manual sobre el transexualismo era The Transsexual Phenomenon, de Harry Benjamin (1966). (...)
era el manual de referencia estándar de los investigadores, y en el momento en el que las primeras transexuales fueron
evaluadas con relación a su idoneidad para la cirugía, su comportamiento se correspondía satisfactoriamente con los
criterios de Benjamin. (...) L*s investigador*s tardaron un tiempo sorprendentemente largo —varios años— en darse
cuenta de que la razón por la que los patrones de comportamiento encajaban tanto con los de Benjamin era que también
las candidatas habían leído el manual, el cual pasaba de mano en mano entre la comunidad transexual, y que estas
representaban sin problemas el comportamiento necesario para ser aceptadas para la cirugía (...). Por la autoridad del
manual, las personas físicamente hombres que vivían como mujeres y que se identificaban como transexuales, en
oposición a los hombres travestis para los cuales el erotismo de la sensación del pene era permitido, no podían
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