ARTE ROMANO
1. CONTEXTO HISTÓRICO. ORÍGENES DEL ARTE ROMANO
La mayoría de las obras de arte romanas que vamos a estudiar pertenecen a la época
del Imperio (siglo I a.C. al siglo V d.C.). Durante este periodo todo el poder se concentra
en manos de una sola persona (el emperador), que era a la vez jefe militar, político y
religioso. Incluso llegará a ser divinizado (considerado como un dios). Roma alcanza en esta
etapa su máxima extensión ya que su imperio abarca toda la cuenca del Mediterráneo.
Durante esta época el Estado controla todas las facetas de la vida de sus ciudadanos, incluido
el arte:
El gran cliente del arte es el Estado: los gobernantes lo utilizan como
propaganda de su grandeza, para amedrentar a los pueblos sometidos y
controlar a sus ciudadanos.
En la obra es el que la encarga y no el que la realiza quien ha de ser
recordado. De ahí que los emperadores se apresuren a poner su nombre a los
monumentos (volvemos a un arte anónimo).
El centralismo que impuso el imperio romano determinó una fuerte
uniformización en todas las manifestaciones de este arte, es decir, las obras
son prácticamente iguales, independientemente del lugar del Imperio donde se
realicen.
El arte está al servicio del funcionamiento del Imperio, por lo que tiene un claro
carácter utilitario y funcional, sobre todo en la arquitectura.
Aunque fueron muchas las influencias que recibió el arte romano, destacaremos como
antecedentes dos artes fundamentales: el ARTE ETRUSCO (sencillez y funcionalidad en la
arquitectura) y el ARTE GRIEGO (el ideal de belleza clásico, la forma del templo, los
órdenes y muchos elementos ornamentales).
2. LA ARQUITECTURA ROMANA
La arquitectura romana fue el arte que mejor expresó el esplendor de su Imperio y el
mejor instrumento para su romanización. La utilizaron como un símbolo del Estado a través
del cual mostraban su poder y conmemoraban sus victorias. La arquitectura romana es el
precedente de toda la arquitectura posterior.
2.1. Características generales
Prima la funcionalidad: crearán diferentes tipologías arquitectónicas
dependiendo de la función que tuviera el edificio (acueductos, templos,
basílicas...).
Absoluto utilitarismo: dominio del sentido práctico, reflejado mediante
construcciones fuertes y perfectas convencidos de la inmortalidad del
imperio.
Pese a esto, tiene un mayor sentido ornamental que la arquitectura griega:
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, o Aumento de la decoración: molduras, guirnaldas, decoración
botánica...
o La columna tiene más que nada un valor decorativo (no sustentante).
o Combinan distintos elementos (arco con arquitrabe, columna con
pilar).
o Utilizan elementos constructivos con fines decorativos (frontones
utilizados como simples remates de puertas y ventanas).
Gran atención al interior de los edificios (al contrario que los griegos).
Los elementos sustentantes fundamentales serán la pilastra y el muro.
En cuanto al sistema arquitectónico empleado aunque no dejan de utilizar los
sistemas arquitrabados, Roma introduce:
o El arco, elemento básico de su arquitectura. Utilizan el arco de medio
punto.
o La bóveda y la cúpula como cubiertas, con gran variedad de formas.
Llegan a ser gigantescas lo que les permite cubrir espacios más
amplios.
Gran tamaño de los edificios públicos, más monumentales que los griegos.
Este colosalismo es un reflejo más de un Estado que quiere exalta su poder.
En cuanto a los materiales, una de las grandes aportaciones de los romanos fue
la invención del opus caementicium (cemento). Supuso toda una revolución
ya que era de una extraordinaria dureza y resistencia, más barato y permitía
trabajar con mayor rapidez. Otros materiales fueron la piedra y el ladrillo.
La desventaja del cemento era su tosquedad por lo que necesitaban revestir
los edificios una vez construidos: “grapaban” placas generalmente de
mármol en el exterior y decoraban su interior con pinturas murales y
mosaicos.
Órdenes arquitectónicos: los tomó de Grecia, aunque los utilizó con mayor
libertad. Crean el orden compuesto (mezcla del jónico y del corintio). Utilizan
conjuntamente los tres órdenes superponiéndolos en altura en los
edificios: dórico en el piso inferior, jónico en el medio y corintio o compuesto en
el superior.
Predomina la verticalidad (frente a la horizontalidad griega), a través de
cubiertas con bóvedas y cúpulas que impulsan la vista hacia lo alto.
2.2. La ciudad romana
Los romanos prestarán atención especial al urbanismo, es decir, al diseño de sus
ciudades. Utilizaron para las nuevas ciudades el diseño cuadriculado de las ciudades griegas,
basado en la planta hipodámica. Así, la ciudad se desarrollaba en torno a dos vías
principales: el cardo (N-S) y el decumano (E-O); a partir de ellas se organizaban las calles
transversales, formando un plano casi cuadriculado.
La mayoría de las ciudades romanas se articulaba entorno al FORO, gran plaza
rectangular que se situaba en la intersección del cardo y el decumano. Inspirado en el ágora
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, griega, era el centro neurálgico de la ciudad ya que allí se centralizaban las principales
actividades políticas, administrativas, religiosas y económicas en los edificios más fastuosos:
la curia, la basílica, el templo...
2.3. Tipologías arquitectónicas
Como los romanos primaron la funcionalidad en su arquitectura, crearon distintos
tipos de edificios, dependiendo de la función a la que estuvieran destinados.
a) Arquitectura privada: la vivienda romana
Las viviendas son de origen etrusco, con un patio central alrededor del cual se
organizan las habitaciones. Destacan tres tipos de viviendas romanas: las domus (viviendas
urbanas para familias acomodadas); las insulae (casa de vecinos populares); y las residencias
campestres o villae, segundas residencias de las familias más pudientes.
La domus (vivienda urbana), solía constar de tres partes:
El vestíbulo (vestibulum) o acceso.
Un patio al que daban las habitaciones (atrio), con un receptáculo en el centro
para la recogida de agua (impluvium).
Una parte privada formada por un patio con columnas (peristylum), jardín y
habitaciones a su alrededor (cubículum).
Las fachadas y el aspecto exterior aparecían descuidados, pues los constructores daban
más importancia al espacio interior.
Las viviendas mejor conservadas las encontramos en Pompeya y Herculano, ciudades
que quedaron enterradas bajo la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., y que se encuentran
en perfecto estado.
b) Obras públicas de ingeniería
Para poder controlar todos los territorios que fueron conquistando, los romanos
requerían excelentes vías de comunicación con el fin de trasladar de la forma más rápida
posible noticias, órdenes, ejércitos y las mercancías de su comercio. Jugarán un papel muy
importante las CALZADAS (como la Vía de la Plata) y los PUENTES. En éstos los romanos
utilizarán arcos de medio punto, que se apoyaban en gruesos pilares reforzados para poder
resistir los golpes del agua. Ejemplos destacados son el Pont du Gard (puente-acueducto
sobre el río Gard, cerca de Nimes en Francia), el Puente de Mérida y el Puente de Alcántara,
magna obra de ingeniería que alcanza los 48 metros de altura.
Pero no sólo necesitaron comunicar las distintas partes del Imperio, sino que también
realizaron importantes obras que les ofrecieran la necesaria infraestructura material. Un
ejemplo son las obras públicas destinadas a almacenar el agua (PANTANOS) y a
transportarlas hasta los núcleos urbanos (acueductos).
Los ACUEDUCTOS están formados por una sucesión y superposición de arcos que
permiten elevarlo a gran altura y salvar así los desniveles del terreno. Paulatinamente van
descendiendo de altura, con lo que presentan una inclinación para posibilitar que el agua
discurra al aire libre, en dirección a los núcleos urbanos, por un canal (specus) colocado en la
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