Los límites químicos del amor.
Varios científicos afirman que el amor tiene los mismos efectos en la mente y el cuerpo que
las drogas. Aseguran que el amor actúa como una droga, y que por lo tanto, si abusamos
(como con cualquier otra), puede llegar a ser perjudicial para nuestro organismo . A este
fenómeno lo llamamos “amor narcótico”.
Entendemos “droga” como toda aquella sustancia que al introducirse en el organismo, actúa
sobre el Sistema Nervioso Central (SNC), alterando las conductas, la percepción de la
realidad y el estado anímico del consumidor.
El amor narcótico ocurre gracias a ciertos neurotransmisores y hormonas. Los principales
son la dopamina (proporcionando altos niveles de placer, calma y relajación), la serotonina
(más conocida como la molécula de la felicidad), la endorfina (proporciona un efecto
analgésico), la feniletilamina (FEA) (aumenta los niveles de temeridad, euforia y de
excitación), la adrenalina o epinefrina (mantiene un estado de tensión, excitación y alerta),
la norepinefrina (se encarga de regular los efectos de la adrenalina, produciendo un efecto
contrario a esta), la testosterona (producción de feromonas masculinas) o el estrógeno
(producción de feromonas femeninas) y la oxitocina (hormona de las conexiones
interpersonales). Todos estos componentes forman una explosión de emociones y
sentimientos que pueden tener efectos muy positivos o adversos en la persona. El
organismo produce estas sustancias en cantidades industriales manteniéndonos así
excitados, eufóricos y felices, o más comúnmente conocido como “enamorados” hasta que
alcanzamos el nivel de tolerancia (momento en que nuestro sistema se habitúa a los
niveles de flujo químico). Cada sustancia cumple una función, aquí veremos las más
importantes con más detalle:
● Oxitocina. Según el investigador Gareth Leng, esta sustancia es la hormona de la
confianza. Forja lazos permanentes entre los amantes tras la primera oleada de
emoción. Esta hormona se puede segregar en cualquier momento en que se esté
produciendo cualquier afecto o conexión (sobre todo durante el orgasmo), formando
así el apego emocional.
● Serotonina. Comúnmente conocida como la hormona de la felicidad. Se segrega en
grandes cantidades cuando nos sentimos respetados y admirados. Tiene un papel
vital en el autoestima y en el estado anímico. Inhibe la ira y la agresividad.
● Dopamina. Es la hormona del placer, nos hace sentir eufóricos y enérgicos.
● Adrenalina. Esta hormona lleva directo al cerebro a un estado de euforia, excitando
así todo el cuerpo. Aumenta el ritmo cardíaco, la sudoración, la ruborización y la
presión arterial del enamorado. Un efecto muy relevante de esta hormona es el
aumento del nerviosismo, que conlleva a la pérdida de la razón. Esta hormona hace
que reduzcamos el mundo a una única persona.
Estas sustancias son de vital importancia ya que están directamente vinculadas con el
sistema de recompensa del cerebro, igual que las drogas. Este sistema se encarga de
regular la sensación de placer en nuestro organismo al realizar actividades relacionadas con
la supervivencia (comer, mantener relaciones sexual, dormir…) y además, influye en la
memoria y el aprendizaje debido a que repetiremos aquellas acciones que hagan que el
sistema nos proporcione aquello que ansiamos (placer), creando así una necesidad que
conlleva a la adición, de la misma maner que una droga.