TEMA 7. DESVIACIÓN SOCIAL, DELITO Y CONTROL
SOCIAL
7.1. ¿Qué es la desviación social?
La desviación social es una cuestión que ha sido abordada por muchas disciplinas.
Durante mucho tiempo, prevalecían explicaciones de índole biológico y personal,
considerando que el delincuente es una clase de persona desviada por naturaleza, tiene
una inclinación personal a desviarse bien por su personalidad (característica psicológica),
bien por su constitución física (explicación biológica-genética)
La sociología replantea la cuestión y pone en relación el comportamiento desviado con
su entorno social. Un comportamiento desviado en un entorno social o colectividad
concreta puede ser perfectamente aceptado, mientras que en otra colectividad no. Por
tanto, la desviación es una calificación social relativa, depende del contexto social y
cultural y del contexto histórico. Las sociedades humanas evolucionan y determinadas
actividades que en un momento histórico se salen de la norma, con el tiempo pueden
aceptarse. Este proceso evolutivo es muy importante para la civilización humana, ya que
hace que la sociedad progrese. Así, se puede hablar de una desviación necesaria o positiva
que facilita la innovación social. No toda desviación es negativa ni delito. El delito es
toda desviación sancionada por la ley. Hay que tener en cuenta que el concepto de
desviación es mas amplio que el de delito. Esta diferencia permite distinguir dos
aproximaciones a la desviación social como son la criminología, que estudia el delito, su
control y las actitudes que lo provocan, y la sociología, que trata de comprender como,
por qué y qué consecuencias tienen los comportamientos desviados en una colectividad
concreta.
Desde la sociología, se describe desviación social como la actividad de una persona que
no se ajusta a las normas sociales. En todas las sociedades hay comportamientos
desviados, lo que lleva a, por ejemplo, Durkheim, a concluir que la conducta desviada es
un hecho social normal y explicable por factores sociales. No debemos recurrir a
explicaciones de tipo psicológico o biológico, sino que son las condiciones sociales las
que explican la desviación y el hecho delictivo. Así, la sociología criminal estudia el
delito como fenómeno sociológico y los factores sociales que lo producen.
La noción de la criminalidad de un acto depende del juicio que se haya formado la
mayoría de los miembros del grupo social, acerca del acto que se ha reputado como
criminal. La opinión de la mayoría corresponde a las ideas y sentimientos aceptados por
la mayor parte de los ciudadanos. Podríamos denominarlo pensamiento hegemónico o
cultura dominante. Toda idea o acto contrario a esa opinión dominante son considerados
como punibles y criminales o al menos rechazados socialmente. La concepción de la
criminalidad es relativa y su realidad está en relación con cada una de las sociedades
existentes y el grado de evolución de sus normas sociales. No obstante, es importante
recordar que la normas no son pautas rígidas. La propia sociedad marca la dimensión y
amplitud de los lindes normativos necesarios para una buena convivencia. Esto indica que
existe una cultura real y una cultura ideal. Consecuentemente, la desviación, social, las
normas y las sanciones son relativas a cada sociedad. Factores que influyen en su
, variabilidad son la dinámica social, los desarrollos técnico-científicos, los nuevos
paradigmas, etc. (texto de Durkheim en pag. 183).
Sintetizando, el concepto de desviación social abarca desde un comportamiento descortés
hasta un robo o un asesinato. La organización social y la opinión es la que establece y
controla los niveles de lo correcto e incorrecto, lo aceptable e inaceptable. La definición
de la desviación tiene la función de explicitar lo que la sociedad determina como
aceptable y normal.
7.2. Tipos de desviación social
Se puede decir que existen tantos tipos de desviación social como de normas, pues la
verdadera medida de lo que es un delito y su dimensión depende del daño a la sociedad,
como indica Beccaria. Las normas sociales son un conjunto informal de reglas, usos,
costumbres, convencionalismos, modas, que guían la conducta publica de los hombres y
uniformizan sus actuaciones. Se aprenden durante las diversas etapas del proceso de
socialización y se castigan con el reproche, el ridículo la desaprobación, etc. en otras
ocasiones, la desviación crece en intensidad a la par que el grado de sanción.
La desviación social se ha clasificado en positiva, que es beneficiosa y busca superar el
comportamiento ideal y enriquece la vida del hombre; negativa, que altera, rompe o
amenaza la convivencia social y estos desviados se constituyen en peligros sociales;
primaria, que no tiene repercusiones para la sociedad, ni para la estructura psíquica y la
personalidad del infractor. Se la explica como resultado de impulsos ocasionales y el
transgresor puede admitir su desviación y arrepentirse; y secundaria, que es un
comportamiento asocial público y da lugar a ser calificado de indeseable, conlleva
cambios capitales en su planteamiento vital. La reacción del infractor ante la nueva
situación se bifurca en dos caminos: de conformidad y de refugio en un medio facineroso,
que puede ser el inicio de su carrera delictiva.
Por último, la desviación puede ser individual, cometida por individuos singulares; y
grupal, que se da cuando un grupo se aparta de la cultura estandarizada y socializa a sus
miembros en valores y normas desviados.
7.3. Teorías generales sobre la violencia basadas en la fisiología y la frenología
7.3.1. La Escuela Clásica
Los teóricos de la escuela clásica reaccionaron a las condiciones del sistema penal de su
época (S. XVIII), basado en la creencia de que los reclusos eran personas malvadas por
naturaleza y debían ser apartados de la sociedad. Frente a esta concepción, los reformistas
de la escuela clásica concebían que el delito se aprende, que el hombre no es biología y
que todos los hombres somos iguales. De las aportaciones más significativas son las de
John Howard (1726-1790), que dedicó su vida a defender los derechos humanos y
denunciar las condiciones de las cárceles y los reclusos de Inglaterra y gales. Buscó
humanizar la ley penal y planteó la rehabilitación de los reclusos.
Esta escuela postula el principio de libre albedrio de los hombres y tienen una concepción
prevencionista, como dijo Beccaria que “es mejor evitar los delitos que castigarlos”.
Postula la necesidad de distinguir entre enfermo mental y delincuente, entre hombre y