TEMA 6: El proceso de socialización y la formación de la
personalidad
6.1. El proceso de socialización
Desde su nacimiento, los animales no racionales se desenvuelven autónomamente. En su
conducta y en su desarrollo, no se detecta la existencia de enseñanzas por parte de las
generaciones anteriores, la forma de comportamiento de las crías es idéntica a la de sus
antecesores, lo que evidencia que los animales no tienen historia, aunque sí son seres
sociales que juegan, se comunican y se organizan.
Harry M. Johnson (1879-1945) (texto en pag. 149) explica que no se entiende al hombre
sin un proceso de aprendizaje que convierte al niño en miembro de una sociedad y en
persona independiente, con deseos propios, que pueden ser o no ser de naturaleza
diferente a los de las otras personas.
En el mismo sentido, Edgar Morin afirma que “la evolución verdaderamente humana
significa el desarrollo conjunto de la autonomía individual, de la participación
comunitaria y del sentido de pertenencia a la especie humana.” Morin lo entiende como
un proceso evolutivo que conduce al hombre a satisfacer su necesidad de sentirse
miembro activo de una sociedad y, con ello, alcanzar un sentido de pertenencia a la
especie humana.
Por otro lado, José Félix Tezanos (texto en pag. 150) enfoca que la sociabilidad está
fundamentada en el aprendizaje de una herencia sociocultural. La sociabilidad no es una
cualidad innata, sino producto del aprendizaje del legado de la obra creada por
generaciones anteriores. Esta herencia es de tales dimensiones que el ser humano precisa
de años para aprenderla, aunque nunca llega a conocerla en su totalidad. Tezanos precisa
que el niño debe desarrollar su capacidad innata de aprendizaje para poder asimilar la
herencia socio-cultural de su grupo social.
Para Freud (1856-1939), la naturaleza es un factor determinante en el desarrollo de la
persona. Freud no lo plantea en términos de instintos, sino que lo denomina pulsiones,
aludiendo a las necesidades básicas de encontrar placer y afecto (eros) como antítesis de
muerte (thanatos). Son dos fuerzas contrarias que actúan a nivel inconsciente generándole
tensiones al individuo. Estas pulsiones deben ser controladas y de ello debe ocuparse el
proceso de socialización, proporcionando un equilibrio entre las exigencias sociales y las
pulsiones inconscientes. Así, la socialización para Freud es un largo y complejo proceso
en el que hay que controlar necesidades e impulsos innatos.
Importante mencionar a George Herbert Mead (1863-1931) cuya teoría recibe el nombre
de conductismo social. Su planteamiento gira en torno a la influencia del ambiente sobre
la sociabilidad humana. Para Mead, el principio del que emergen la mente humana, la
conciencia el mundo de los otros y el de objetos, etc. de donde emerge el ser social, es
del contacto con los otros. Famosa es su teoría del Self, con la que explica que el hombre
se constituye a si mismo como un objeto a través de los roles que desempeña desde la
infancia, lo cual le permite captar los distintos papeles existentes en la sociedad y concebir
no sólo el yo generalizado sino también autopercibirse. Se trata pues de un proceso
, comunicativo que empieza desde la infancia. Este planteamiento permite incluir a Mead
en el interaccionismo simbólico.
Ya desde la antigüedad los monarcas hicieron ensayos para saber si el don de la palabra
es resultado de un aprendizaje o era algo innato del ser humano. Los resultados fueron
que el lenguaje no es algo innato, sino que el sustrato biológico del hombre lleva
incorporadas potencialidades que se pueden inhibir o reforzar por la acción socializadora
y así facultarlo como ser sociocultural.
El ser humano comparte con los animales el vivir en sociedad, comparte el factor social,
pero el ser humano se identifica por encima de seres vivos por el factor cultural. (textos
en pag. 152). Con la cultura, el hombre se construye una segunda naturaleza. No se debe
interpretar la relación naturaleza-cultura como incompatibles, sino como
complementarias, se interrelacionan. La cultura tiene que servir para mejorar la naturaleza
del hombre y si la cultura destruyera la naturaleza no podría aprovechar las cualidades
humanas innatas de las que se sirve.
La falta de socialización conduce al ser humano a estar mas cerca de la animalidad que
de la humanidad.
Ahora, ahondemos en la pregunta de cómo aprende el niño. El aprendizaje sociocultural
se realiza a través de la red de relaciones sociales en las que desde el nacimiento participa
de modo activo. La socialización necesita agentes por medio de los cuales el ser humano
aprende e interioriza la herencia sociocultural que rige en el ámbito que le recibe, al
extremo que la interioriza e integra en la estructura de su personalidad, inhibiendo o
desarrollando gran parte de su componente biológico y adaptándolo a la sociedad que le
recibe. Así, la socialización tiene tres dimensiones, la adquisición de una herencia
cultural, la translación de conocimientos, valores, formas de comportamiento, etc. que
troquelan al niño no solo para su supervivencia, sino para integrarlo en el grupo humano
que le socializa y la vida del propio grupo social. Esto último es importante para la
sociedad, pues el animal-hombre debe interiorizar y hacer suyas las formas de obrar,
pensar y sentir propias de su colectividad social para poder asimilar y ejercer los roles
sobre los que gira la organización social; la socialización conforma la personalidad de
los individuos, los elementos de la sociedad y de la cultura pasan a formar parte integrante
de la estructura mental del sujeto y con ello definen su identidad; y la integración de la
persona a su contexto social, el individuo socializado interioriza sentimientos,
aspiraciones, gustos, etc. propias de su ambiente social, al punto que pierde gran parte de
su equipamiento innato y deviene en miembro aunado con su colectividad. Este vinculo
emerge cuando interioriza al otro generalizado, que conduce al sentimiento de fusión en
un nosotros. Lo aprendido se convierte en obligación moral, que revierte en el deber ser.
La sociedad crea patrones y hábitos de conducta. Fernando Poyatos Fuster en su estudio
de la comunicación no verbal aplica una triple estructura básica (texto en pag. 155).
Explica que las interacciones, gestos no verbales, etc. identifican la personalidad,
nacionalidad, nivel cultural particular y standard de los actuantes.