Universidad Autónoma de Nayarit
Unidad Académica de Medicina
Rinitis aguda o Catarro Común
El CC, conocido también como resfriado común, resfriado, gripe, cuadro gripal,
influenza y coriza banal, es un padecimiento de etiología viral, caracterizado por la
inflamación de la mucosa nasal y la faringe. En algunos casos, pueden
complicarse con otitis media, faringitis, incluso con neumonía. Por lo general, se
autolimita curándose por sí solo en la mayoría de los enfermos. Es una de las
enfermedades más frecuentes en niños(as), 50% de los casos de infección
respiratoria aguda (IRA) se da en este grupo.
Periodo pre patogénico
Agente
Son más de 200 virus los causantes de CC, los rinovirus (100 serotipos diferentes)
responsables de 30 a 50%. La mayoría de los niños(as) enferma de CC 3 a 8
veces al año. Preescolares y lactantes son los grupos más afectados. El CC es
más frecuente en invierno y en los cambios de estación. Las zonas geográficas
más afectadas son las de clima templado. El contacto con personas enfermas de
CC, en especial con sus secreciones nasofaríngeas, directa o indirecta (manos,
pañuelos contaminados con secreciones nasofaríngeas), es la vía de transmisión
más frecuente.
Periodo patogénico
Etapa clínica
La sintomatología local se caracteriza al principio por irritación nasal, escozor,
estornudos y obstrucción nasal, en su inicio, alterna o bilateral, lo que suele
impedir la alimentación de los niños en los primeros 3 a 5 días de iniciada la
enfermedad. En el segundo día, aparece rinorrea acuosa hialina y hasta verdosa,
que desaparece a los 7 a 10 días de la enfermedad. También puede haber tos, en
un principio seca, para después ser productiva con accesos nocturnos, la
descarga posterior y la colonización viral ocasionan hiperemia de faringe.
La sintomatología sistemática inicia del 1er al 2do día de la enfermedad con
epífora, escozor ocular, anorexia discreta, odinofagia, discreta disfonía, fiebre no
muy elevada (38 a 39ºC) de no más de tres días de duración, controlable por
medios físicos o químicos sin predominio de horario, cefalea (si el niño lo puede
referir) y mialgias; estos dos últimos síntomas en los primeros tres días de la
enfermedad. Durante la exploración física, el paciente se encuentra irritable,
asténico, hipodinámico, con la sintomatología antes señalada: mucosa conjuntival
y nasal hiperémica, edematosa más la nasal, rinorrea anterior y posterior, acuosa,
, hialina y al final verdosa (no implica infección bacteriana), faringe hiperémica,
frecuencia respiratoria normal para su edad y campos pulmonares con ruidos
transmitidos, sólo en caso de VSR se presentan sibilancias. La sintomatología
desaparece a los 5 a 7 días de iniciada la enfermedad, aunque la tos y la rinorrea
pueden durar de 2 a 3 semanas sin indicar complicaciones en algunos casos de
CC.
Prevención secundaria
Diagnostico: Es sobre todo clínico, con una revisión cuidadosa del paciente para
identificar complicaciones de manera precoz y oportuna. La biometría hemática
(Bh) muestra leucocitos normales o disminuidos con linfocitosis, la prueba del
moconasal no es concluyente, y se realizan cultivos virales de secreciones sólo
con fines de investigación.
Tratamiento: Lo más útil son las medidas generales: reposo en casa de 3 a 5 días,
incremento en la ingesta de líquidos, alimentación normal, incluso con más
frecuencia, consumir más frutas para proporcionar vitamina A y C. Aseo de la nariz
con gotas de solución salina y, en caso de exceso de secreción, usar una mecha
de pañuelo para remover las secreciones de la fosa nasal. La ingesta de las
sustancias inocuas, como té, miel con limón, pueden ser útiles para suavizar la
garganta. En caso de fiebre, los baños de agua tibia son útiles para controlarla.
Para la fiebre e irritabilidad se prefiere paracetamol a dosis de 10 a 15 mg/kg/dosis
cada seis horas no más de cuatro días. El uso de antihistamínicos no es
recomendable, ya que tiene efectos anticolinérgicos, además de disminuir la
capacidad de migración de los macrófagos en la mucosa nasal.
Otitis
Otitis externa
Se define como la inflamación e infección del pabellón auricular, del conducto
auditivo externo, o ambos. La inflamación del oído externo en el entorno médico
se reduce al conducto auditivo externo.
Es frecuente encontrar el conducto auditivo externo inflamado por infección en
verano, después de nadar en el mar o en la alberca. En el mar la entrada de agua
al conducto se acompaña de arena, cristales de sílice y agua sucia en la mayoría
de las veces, y en la alberca el agua está saturada de químicos. En cualquiera de
los dos casos, el paciente tratará de extraerse el agua introduciéndose el dedo o
cualquier otro objeto contuso o punzo cortante al conducto; no logra sacarse el
agua pero en una piel reblandecida por los químicos de la alberca o en el caso de
la presencia de cristales de sílice tallándose contra la piel será fácil lacerarla y
sembrar una flora bacteriana nociva, que inflamará la piel del conducto y cerrará la
luz en mayor o menor grado.