UD 4: MOBILE LEARNING
ÍNDICE
1. Introducción
2. Conceptualización
3. Fundamentos pedagógicos del Mobile learning
4. Modelos de Mobile learning
4.1. Programas 1:1
4.2. Trae tu propia tecnología (BYOT)
4.3. Aprendizaje continuo
5. Ventajas y desventajas
5.1. Ventajas
5.2. Desventajas
6. Usos
6.1. Ejemplos de aplicaciones
7. Experiencias concretas exitosas
8. El futuro del Mobile learning
1.- INTRODUCCIÓN
Históricamente el acceso de los docentes a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha sido limitado – y muchas veces no existente –
en comunidades que afrontan los desafíos educacionales más acuciantes. Sin embargo, esta situación ha ido cambiando. Según UNESCO (2012) en la
actualidad hay 5.900 millones de suscripciones de telefonía móvil en todo el mundo, gracias al rápido descenso en los costos. Incluso en áreas donde las
computadoras y las instituciones de formación docente son escasas, los teléfonos móviles son comunes y en la mayoría de los casos los docentes tienen el
conocimiento básico para usarlos. En África, el continente que afronta las necesidades educativas más urgentes, el número de suscripciones de telefonía
móvil que en 1995 alcanzaba 600.000, se espera que supere los 735 millones en 2012 (tal vez valga la pena destacar que la tecnología que se había
extendido más recientemente de manera tan veloz en África había sido la de los fusiles AK–47). Por primera vez en la historia una mayoría de maestros y
profesores, tanto en países desarrollados como en desarrollo, posee acceso personal a una importante tecnología de las comunicaciones, lo que abre la
puerta a oportunidades educativas que resultan apasionantes.
Si bien los enfoques varían enormemente entre regiones, países y programas, es posible identificar un número significativo de tendencias que trascienden
las fronteras geográficas, que sirven para entender esta situación. Primero, los teléfonos móviles tienen el potencial de extender el acceso a la educación a
poblaciones de docentes y estudiantes más allá del alcance de los sistemas educativos tradicionales. Segundo, los teléfonos móviles pueden ser utilizados
para respaldar la instrucción en el aula, la comunicación administrativa y el desarrollo profesional de los docentes. Tercero, los docentes tienen un rol
fundamental en la construcción de un sistema educativo que incorpore el aprendizaje móvil, y es esencial que se capacite a los docentes y se obtenga su
apoyo. Cuarto, si bien muchos educadores y padres expresan sus inquietudes sobre el tema de la seguridad como razón para prohibir el uso de dispositivos
móviles en las escuelas, el aprendizaje móvil en realidad proporciona una oportunidad para promover la seguridad de los estudiantes, enseñando a los
alumnos a navegar en línea de forma responsable, y utilizando las funciones de comunicación de los teléfonos móviles para ofrecer a los educandos
información relacionada a la seguridad de forma rápida, eficiente y privada. Por último, el contenido educativo digital, las plataformas de software y los
modelos pedagógicos deben ser actualizados, ampliados y mejorados para permitir que docentes y estudiantes aprovechen al máximo las oportunidades
que ofrece el aprendizaje móvil.
Antes de continuar hay que aclarar algunos conceptos que muchas veces no se tienen en cuenta a la hora de hablar de estos temas.
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Luis Pedro García San Segundo Jiménez
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,En primer lugar la diferenciación entre e-learning, b-learning y m-learning. Según Santiago et al (2015) se denomina e-learning a la educación a distancia
completamente virtualizada a través de los nuevos canales digitales (las nuevas redes de comunicación, en especial internet), y que utiliza para ello las
herramientas o aplicaciones de hipertexto o hipermedia (hipertexto más multimedia), tales como páginas web, correo electrónico, foros de discusión,
mensajería instantánea, plataformas de formación, etc., como soporte de los procesos de enseñanza-aprendizaje. En un concepto más relacionado con una
actividad semipresencial, también se habla de b-learning (blended learning, aprendizaje mezclado o combinado). Pero, el extraordinario avance
tecnológico registrado en los últimos sesenta años, en especial el vinculado con el desarrollo de las telecomunicaciones y las redes de datos, ha dado
origen a un nuevo concepto, que es el de m-learning. En este mismo sentido, para Contreras (2010) el m – learning podría ser visto como un subconjunto
del e – learning, y lo presenta a través de una figura triangular de la siguiente forma:
El triángulo muestra, además, los principales factores que estructuran el aprendizaje en línea utilizando como espacio de aprendizaje una tecnología
móvil, y señala dentro de la visión constructivista, las necesidades de comunicación y cooperación en comunidad que mejoran la reflexión mediante
actividades en acción.
En segundo lugar, esta asignatura está dentro de un Máster enfocado a la educación secundaria. Esta educación no se produce en un entorno de e-learning,
sino presencial y es previsible que esto no llegue a cambiar, ya que a este tipo de educación la mueven otros intereses que van más allá de la eficacia que
nos proporciona el aprendizaje online, como pueden ser la socialización, así como una educación basada en valores donde se hace necesaria la presencia
física y la convivencia. Además, existen otros motivos, ajenos a la propia educación, como es el servir de lugar de atención de los niños y niñas para que
los padres puedan trabajar. No obstante, esta educación presencial adquiere determinadas facetas del e-learning que la optimizan, así es como surge el b-
learning, y es en este ambiente en el que nos debemos mover, un entorno presencial, pero con una parte importante virtual.
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, 2.- CONCEPTUALIZACIÓN
Para Brazuelo (2014) el mobile learning (m – learning en inglés, o aprendizaje móvil) es una “modalidad educativa que facilita la construcción del
conocimiento, la resolución de problemas de aprendizaje y el desarrollo de destrezas o habilidades diversas de forma autónoma y ubicua gracias a la
mediación de dispositivos móviles portables”, pero nos detendremos en algunas otras para hacernos una idea más exacta de qué entendemos por mobile
learning. En este sentido, el concepto de “dispositivos móviles portables” puede generar controversias por decidir qué aparatos pueden o no entrar dentro
de esta herramienta educativa. Pues bien, para Contreras (2010) pueden tomar la forma de asistentes personales digitales; teléfonos móviles, smartphones,
reproductores de audio y/o vídeo, e incluso ordenadores portátiles. Entre las características que lo definen podemos señalar la portabilidad, flexibilidad,
interactividad y conectividad total. UNESCO es más pragmática y sostiene que, aunque apoya una definición flexible, buena parte de la actividad actual
en este campo se centra en los teléfonos móviles, debido a su omnipresencia en la sociedad. Para UNESCO el teléfono móvil ha llegado a ser parte de la
vida cotidiana para miles de millones de personas, y por ello quiere comprender mejor cómo esos dispositivos cada día más asequibles y familiares
pueden apoyar la educación, ya sea solos o en combinación con otros instrumentos y recursos. Además, si entendemos el entorno educativo como lo
define Wilson (1995) este debe contener como mínimo al estudiante y un espacio donde el estudiante pueda actuar usando herramientas y dispositivos,
coleccionando e interpretando información e interactuando con otros. En este sentido, el teléfono móvil aporta los elementos básicos con los cuales el
estudiante puede construir un modelo mentar y pautar condiciones necesarias para aprender por sí mismo.
UNESCO ha sido uno de los organismos internacionales que más se ha preocupado por el desarrollo del mobile learning, y se preocupado por desarrollar
una definición que ya es mundialmente aceptada. Según UNESCO (2013a), aprendizaje móvil es la educación que implica el uso de dispositivos móviles
que permiten aprender en cualquier momento y en cualquier lugar. Esta definición capta mucho de lo esencial en el aprendizaje móvil, pero requiere dos
aclaraciones importantes. Los debates sobre el aprendizaje móvil deberían: 1) centrarse más en la movilidad y sus funcionalidades únicas que en la
tecnología en sí; y 2) incluir cuestiones sobre cómo los dispositivos móviles pueden apoyar no sólo el aprendizaje sino también objetivos educativos
generales, como son una administración educativa eficaz y la gestión de la información.
La capacidad de extender las experiencias educativas más allá de las aulas y posibilitar el aprendizaje no formal e informal es un atributo clave del
aprendizaje móvil, que encierra un enorme potencial para que el aprendizaje sea más personalizado y pertinente. Sin embargo, en este contexto la
movilidad ‘no denota sólo movilidad física, sino la oportunidad de superar restricciones físicas al tener acceso a las personas y a los recursos de
aprendizaje digital independientemente del lugar y del tiempo’. Así pues, el aprendizaje móvil puede perfectamente darse también en el aula.
Finalmente, el aprendizaje móvil no requiere una proporción de un dispositivo por educando o por docente, que es el planteamiento de las actuales
iniciativas de computación 1:1 en muchos países del mundo. Aunque la proporción 1:1 sea la ideal, no siempre es posible, dada la limitación de los
recursos. Hay proyectos exitosos de aprendizaje móvil en toda la gama de configuraciones, desde la 1:1 hasta la de un dispositivo por grupo de educandos
o un dispositivo por clase.
En definitiva, lo que caracteriza entonces al m-learning es que se refiere a los ambientes de aprendizaje basados en la tecnología móvil, orientados a
optimizar un aprendizaje apoyado en la tecnología y que se puede realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar. En palabras de Santiago et al
(2015) cabe destacar que el aprendizaje móvil, personalizado, portátil, cooperativo, interactivo y ubicado en el contexto, presenta características singulares
que no posee el aprendizaje tradicional mediante el uso de instrumentos digitales. En el primero se hace hincapié en el acceso al conocimiento en el
momento adecuado, ya que a través de él puede realizarse la instrucción en cualquier lugar y en todo momento. Por eso, en tanto que un dispositivo ayuda
al aprendizaje formal e informal, posee un enorme potencial para transformar las prestaciones educativas y la capacitación empresarial. El m-learning
involucra entonces diversos conceptos o atributos que concurren para integrar ese nuevo concepto: es flexible, inmediato y ubicuo; utiliza una pantalla
táctil y sensores multifunción; es portable, motivante, colaborativo y accesible; tiene conectividad a internet y acceso a apps; y es cooperativo y
colaborativo, entre otros aspectos.
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Luis Pedro García San Segundo Jiménez
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